sábado, 21 de junio de 2008

Eve Arden, mucho más que una cómica americana

Resulta interesante analizar las diferentes relaciones que establecemos con los rostros que se asoman a la pantalla. Estos pueden parecernos bellos o feos, dulces o ásperos, deleznables o deseables, o también pueden dejarnos simplemente indiferentes. Otros, en cambio, nos resultan tan familiares que tenemos la sensación de encontrarnos con un pariente, o con un viejo amigo al que hace tiempo que no hemos visto, caras a las que el gran público no es capaz de asociar con un nombre, pero con las que se siente como si estuviera en casa. Este es el caso de Eve Arden, una de las intérpretes de reparto más populares de la historia del cine americano. Puede añadirse, además, que Miss Arden fue una gran actriz, creadora de un arquetipo de mujer, independiente e indomable, siempre dispuesta a ponerse a la altura de sus partenaires masculinos en lo que hiciera falta, convirtiendo la lucha de sexos en uno de los leitmotiv más recurrentes de los papeles que tuvo que interpretar. Su innata vis cómica y su enorme expresividad facial la ayudaron a componer inolvidables personajes, muchos de ellos tan soberbiamente recreados que conseguían atraer la atención del público robando, materialmente, la película a las estrellas principales.
La carrera de Eve Arden, desarrollada primero en los escenarios, más tarde en el cine y, finalmente, en la televisión -donde alcanzó las cabeceras de crédito que en la pantalla grande no había conseguido- es uno de los más claros ejemplos del triunfo de la profesionalidad y la valía artística por encima de los encorsetados parámetros del Hollywood clásico.
Nacida Eunice Quedens el 30 de abril de 1912 en Mill Valley, California, se interesó muy pronto por el mundo de la interpretación, debutando en una compañía de repertorio al terminar sus estudios elementales, a los dieciseis años. Después de aparecer en un par de películas menores con su verdadero nombre, adopta el de Eve Arden a mediados de los años treinta. Comienza a destacar con dos papeles interpretados en 1937 en las películas "Oh, Doctor" y "Stage door", en esta última al lado de dos estrellas consagradas como Katharine Hepburn y Ginger Rogers. En este período, Arden trabaja en docenas de películas, convirtiéndose en un rostro muy conocido por el público de las salas de exhibición cinematográfica. En 1939 explotará su lado más cómico junto a los Hermanos Marx en "At the circus", como la acrobática Peerlees Pauline.
El triunfo y el reconocimiento unánime de la crítica le llegará en 1945, cuando es nominada al Oscar a la mejor actriz de reparto por su papel de Ida Corwin en la excepcional "Mildred Pierce" de Michael Curtiz, junto a Joan Crawford (quien sí se llevó a casa la estatuilla a la mejor protagonista femenina por su extraordinario recital interpretativo). Ida Corwin es, tal vez, el personaje que mejor aglutina los componentes específicos del arquetipo que Eve Arden desarrollaría a lo largo de su dilatada carrera, y que se vería -por otro lado- obligada a repetir en múltiples ocasiones. Buen ejemplo de ello son la sargento soviética de "The Doughgirls" (1944), la directora de moda de "Cover Girl" (1944), o la secretaria de dirección de "One touch of Venus" (1948).
La década de los cuarenta será también de una importante actividad en el medio radiofónico, principalmente con el serial "Our Miss Brooks" que realizó para la CBS Radio, donde interpretaba a la profesora de instituto Constance Brooks, uno de sus más recordados personajes. En 1952, coincidiendo con el declive de su carrera cinematográfica, la CBS le ofreció convertir "Our Miss Brooks" en una serie para la televisión, de la que se emitieron 108 episodios. Arden todavía volvería a interpretar este personaje en la adaptación a la gran pantalla que se realizó en 1956. Estrenó para la televisión "The Eve Arden Show" en 1957, un programa que, pese a la gran popularidad de la actriz, no alcanzó los niveles de audiencia esperados y fue cancelado tan solo al cabo de un año de su estreno. En los años sesenta y setenta trabajó casi exclusivamente para la pequeña pantalla, en cameos para series tan populares como "Bewitched", "The man from UNCLE", "Ellery Queen" o "The Love Boat".
Aún saboreó un grandioso triunfo estelar junto a Kaye Ballard en la serie que ambas protagonizaron, "The Mothers-In-Law", de la que se emitieron 44 episodios de 1967 a 1969. Su última aparición fue en un capítulo de "Falcon Crest", en 1987. Tres años más tarde, el 12 de noviembre de 1990, Eve Arden moría en Los Angeles, dejando tras de sí una larga trayectoria cuajada de éxitos, dos matrimonios (con Ned Bergen, 1939-1947, y con el actor Brooks West, 1952-1984), un hijo natural y tres adoptados, y una autobiografía, "The three phases of Eve", publicada en 1985.