jueves, 28 de agosto de 2008

"Get Smart": peor, imposible

Maxwell Smart, el Superagente 86 (Don Adams), es el más particular agente secreto de la importante organización CONTROL, la agencia de contraespionaje más famosa del mundo que lucha denodadamente por desarticular a sus peores enemigos, los malvados agentes de la poderosa KAOS, la multinacional del crímen. Smart es bajito, de incipiente calvicie y de rostro poco agraciado. Por si no fuera suficiente, su metodología de trabajo dista mucho de ser la más adecuada a las situaciones en las que se ve inmerso y, además, acostubra a alejarse bastante de resultar eficaz. Por suerte, 86 cuenta con la inestimable ayuda de la agente 99 (Barbara Feldon), una especial Mata-Hari moderna que suele recurrir a su portentosa capacidad de análisis y a su infalible intuición femenina para solucionar los más enrevesados asuntos. Al mando de CONTROL está un nada simpático personaje, al que solo conocemos como Chief (Edward Platt), y que a su vez se halla supeditado a las órdenes del Almirante Harold Hammon Hargrade (William Schallert), un anciano senil y decrépito que se duerme sistemáticamente en cualquier situación, sin importarle ni el momento ni el lugar.
Con semejantes carácteres al frente, no podía esperarse que"Get Smart" fuera una serie de agentes secretos al uso, al estilo de "El Hombre de CIPOL" o de la serie de películas de James Bond, 007. A diferencia de estas adaptaciones literarias, "El superagente 86" fue una parodia enloquecida en la que el absurdo raya el paroxismo y en la que los personajes de ambos bandos -que mantienen, pese a todo, la eterna lucha entre el bien y el mal- son tan estúpidos que solo puede suponerse que está hecho a propósito. Los productores de la Talent Associates David Susskind y Dan Melnick tuvieron la original idea de convertir en una comedia televisiva las aventuras de agentes secretos tan del gusto del público de la década de los sesenta, llevando la caricatura prácticamente hasta más allá de los límites de la farsa. Confiaron el desarrollo de su idea a dos guionistas, Buck Henry y el -más tarde- popularísimo Mel Brooks, quienes alumbraron a esta suerte de detective privado al que bautizaron Smart (en inglés, espabilado, listo, ingenioso) y al que apodaron "86", número que, en los Estados Unidos, utilizan los barmans para definir a los clientes impresentables. En principio, la idiosincrasia del personaje protagonista no fue creada pensando en un intérprete en concreto, aunque después Don Adams diese la talla exacta -casi diríase que al milímetro- a los requerimientos de 86. Adams, un actor llegado de la radio y de los pequeños night clubs neoyorquinos donde se ofrecían espectáculos cómicos, poseía el bagaje necesario para dar vida a Maxwell Smart, aportando al personaje los matices justos de idiotez, autosuficiencia e inutilidad que son la base de su carácter sin provocar el rechazo de la audiencia. Al contrario, Adams consiguió hacer de Smart uno de los personajes más queridos y recordados de la historia de la televisión. Su voz nasal y sus peculiares expresiones faciales pronto se hicieron famosas en todo el mundo, así como la increíble colección de gadgets que utiliza para sus pesquisas, siendo el más popular el "zapatófono", invento telefónico instalado en su zapato izquierdo que tiene la desgraciada costumbre de sonar en los peores momentos. En buen número de los episodios de la serie, Smart se acompañó de K-13, un perro incompetente y lleno de pulgas que, definitivamente, estaba a la altura de su humano complemento.
En 1965, los ejecutivos de la ABC, la primera cadena interesada en el proyecto de "Get Smart", escucharon horrorizados la propuesta del tándem Henry-Brooks para el episodio piloto de la serie, en el cual KAOS amenazaba con volar en pedazos la Estatua de la Libertad. El argumento, tachado poco menos que de antiamericano, fue a parar al cubo de la basura, y los guionistas buscaron refugio en la rival NBC, que se hizo con las riendas del proyecto y estrenó la serie el 18 de septiembre de 1965. Curiosamente, el episodio que había sido rechazado sin miramientos por la ABC obtuvo un premio Emmy en la gala de 1966. La serie se convirtió desde su primera temporada en un gran éxito, que consiguió situarse immediatamente en el puesto número 12 de las producciones televisivas más populares en los EUA. En los cinco años siguientes, obtendría siete Emmy más, tres de ellos para Don Adams por su irrepetible creación de Smart. Pese a los excelentes índices semanales, la serie es abandonada por la NBC en 1969 y es retomada por la CBS que, deseando insuflar aire nuevo a la producción, "casa" a 86 y 99 el 16 de junio de 1970. El matrimonio dura poco, ya que la serie se clausura definitivamente con la emisión de su último episodio el 11 de septiembre de ese mismo año.