domingo, 1 de febrero de 2009

"Me llamo Bond, James Bond..." (# 4)

4-TIMOTHY DALTON:
Moreno, alto, distinguido, con unos expresivos ojos verdes y unos exóticos y casi felinos rasgos, Timothy Dalton, actor galés de cuarenta y ún años, fue el seleccionado por los productores Saltzman y Broccoli para interpretar al agente 007 cuando Roger Moore, ya con una edad imposible para interpretar el personaje, abandonó la serie en 1985 después de "Panorama para matar". No fue esta, sin embargo, la primera vez que el rol de James Bond se cruzaba en su camino, ya que a sus 22 años fue propuesto para el papel después de la deserción de Sean Connery. Dalton se consideró demasiado joven, entonces, para asumir el personaje, convencido además de que la serie de películas del agente 007 estaba tomando un rumbo demasiado alejado de la esencia de las novelas originales de Ian Fleming. Aún se toparía, a comienzos de la década de los ochenta, con una nueva proposición para protagonizar "Octopussy", pero -una vez más- rechazó la oferta.
Nacido en 1946 en Colwyn Bay (Gales), Timothy Dalton se matriculó en 1964 en la Royal Academic of Dramatic Art, comenzando una gira de representaciones teatrales con el National Youth Theatre. El joven Dalton no terminó sus estudios en la RADA, enrolándose en la compañía del Birmingham Repertory Theatre en 1966, de donde saltó a la televisión convirtiéndose en una presencia habitual en producciones de la BBC. Su debut en la gran pantalla tuvo lugar en 1968 con un pequeño papel en "El León en Invierno", junto a Katharine Hepburn y Peter O'Toole. Después del éxito obtenido con esta producción histórica, Dalton inició una serie de participaciones en dramas clásicos, siendo el más popular de ellos la adaptación de 1970 de la novela de Emily Brontë "Cumbres Borrascosas", en la que dio vida al atormentado Heathcliff junto a Anna Calder-Marshall como Catherine.
Las raíces interpretativas de Dalton, básicamente teatrales, demandaron de un parón temporal en su carrera cinematográfica para iniciar una serie de representaciones con la Royal Shakespeare Company en 1971, manteniéndose en gira alrededor del mundo hasta 1978, período en el que hizo solamente dos incursiones cinematográficas, la primera de ellas en 1975 como el diplomático homosexual envuelto en una enrevesada trama de asesinatos políticos en "Permission to kill", y la segunda, como marido de una octogenaria Mae West parodiándose a sí misma en "Sextette" (1978). Si bien ninguna de estas dos producciones para la pantalla grande tuvieron excesiva repercusión en taquilla, sí sirvieron para lanzar la carrera de Timothy Dalton en los Estados Unidos, donde, por fin, conoció la fama internacional después de interpretar al Príncipe Barin en la adaptación de 1980 del clásico de culto de la ciencia ficción "Flash Gordon", delirante adaptación del comic de Gene Raymond en versión pop con música de los británicos Queen.
James Bond vuelve a llamar a su puerta en 1986 con la retirada de Roger Moore, y una vez más Dalton rechaza la oferta de los productores británicos, esta vez por hallarse en gira con dos dramas shakesperianos, "La Fierecilla Domada" y "Antonio y Cleopatra". Saltzman y Broccoli convencen a Pierce Brosnan para aceptar el papel, pero la NBC, productora de la serie "Remington Steele" en la que el actor tenía un absoluto protagonismo, le obligan a rechazar la suculenta oportunidad por razones contractuales. Mientras estos tira y afloja tenían lugar, Dalton se vio libre de sus compromisos en los escenarios y los productores de la serie Bond, aliviados, pudieron anunciar a los cuatro vientos que Timothy Dalton sería el nuevo agente secreto 007 al servicio de Su Majestad Británica.
El contrato firmado entre Dalton y Saltzman-Broccoli especificaba la realización de tres películas en el período de cinco años, a lo que el actor añadió que su James Bond tenía que ser más serio y reservado que el que había caracterizado la personificación de Roger Moore, y que debían ser eliminados los gags humorísticos que campaban a sus anchas en las últimas producciones de la serie. La primera aventura 007 con Dalton al frente del reparto, "The Living Daylights", resultó un éxito de taquilla que recaudó más dinero que las dos precedentes entregas con Moore, e incluso que sus rivales más directas en el box-office en aquel año de 1986, "La Jungla de Cristal" y "Arma Letal", y todo ello a pesar de contar con el lastre que supusieron la joven actriz Maryam d'Abo -demasiado alejada de la imagen de Chica Bond a la que el gran público estaba acostumbrado- y de un villano pobre en matices -comparado con los anteriores Dr. No, Goldfinger, Blofeld, Drax o Zorin- interpretado por el actor holandés Jeroen Krabbé. La segunda entrega Dalton, "Licencia para matar", no tuvo la misma suerte que su precedente y Saltzman y Broccoli sufrieron un buen revés en taquilla, circunstancia que la productora achacó públicamente a errores en la promoción internacional de la cinta. El hecho de que, inesperadamente, el título de la película cambiase de "Licence Revoked" a "Licence to Kill" no ayudó, ciertamente, a una ideal campaña de difusión.
Timothy Dalton no llegó a rodar la tercera de las entregas especificadas en su contrato. En 1990, las feroces batallas legales entre la productora de Saltzman y Broccoli, la británica EON, y la distribuidora internacional de las películas de la serie, la norteamericana United Artists/MGM, retrasaron durante tres años el rodaje de la nueva aventura Bond, "GoldenEye". Dalton, cuyo contrato había expirado ya, no se decidió a renovarlo cuando EON se lo ofreció para poder iniciar el rodaje de la nueva película, ya que el actor había perdido toda motivación por el proyecto. Dos meses más tarde, Pierce Brosnan se incorporaba al equipo de "GoldenEye" como el nuevo James Bond.
Las dos encarnaciones del agente 007 realizadas por Timothy Dalton han quedado como las más introspectivas, realistas y fieles a la obra de Ian Fleming desde los tiempos de Sean Connery. Su James Bond resulta un rebelde que no acepta sin discusión previa las órdenes de sus superiores, a los que cuestiona constantemente, añadiendo un matiz muy interesante al personaje que los fans de la serie agradecieron entusiasmados después de la ligereza demostrada por Roger Moore en su personificación de Bond. Dalton, actor de teatro habituado a bregar con los difíciles textos de William Shakespeare, demostró de esta manera su gran versatilidad y su profesionalidad a la hora de ponerse al frente de cualquier personaje, fuese cual fuese su naturaleza.