viernes, 4 de julio de 2008

"Thunderbirds": más allá de los hilos de la marioneta

¿Quién que se encuentre rondando -por arriba o por abajo- los cuarenta no recuerda a los integrantes de la familia Tracy? En mi caso, fueron mis héroes favoritos desde que sus aventuras se emitieron por televisión hacia finales de los años sesenta, en franca competencia por mi lealtad con otras series que -curiosamente- pertenecían a la misma productora, como "Stingray" o "Captain Scarlet". Pero no, los "Thunderbirds" siempre tuvieron su rincón especial, cálido y resguardado, en mi corazón de niño arrobado por las maravillas que se desplegaban en la pantalla del televisor: islas que ocultaban bases supersecretas; gigantescas naves voladoras; chinos malísimos que querían apoderarse del mundo; ciudades enteras que saltaban en pedazos y aristócratas británicas que tenían una doble vida como agente secreto. No se podía pedir más emoción, ciertamente.
Recuerdo que, entre otras preciosidades del merchandising hispano que se produjeron alrededor de "Guardianes del Espacio", figuró una caja -hoy en día, casi una quimera- lanzada al mercado por la entrañable Comansi llamada "El Alunizaje", conteniendo las figuras policromadas de los personajes de la serie, las naves espaciales, y un curioso relieve de la superficie lunar que podía usarse como diorama, todo ello en rarísimos colores y fabricado en plástico barato, lleno de rebabas. Daba igual, de verdad. Era una pura filigrana camp, un tesoro que me hizo pasar horas y horas, y meses, y años, de ilusión y fantasia. Hoy en día, es un juguete muy difícil de encontrar, y si aparece alguna vez por Ebay o por cualquier otra página de compra-venta-subasta de coleccionismo, su precio es muy elevado. Mi opinión es que lo vale, y ando madurando la idea de regalármelo una de estas navidades. Si es que consigo dar con uno, naturalmente. El álbum de cromos y los libros encuadernados en tapa dura de la Editorial Fher vuelven a estar en mis estanterías, después de la desafortunada desaparición, en algún nefasto momento de la década de los setenta, de los que tuve cuando niño (tengo en mi mente una imagen borrosa, muy vaga, de mí mismo recortando las figuras del álbum de cromos como si fueran muñequitas de papel, pero prefiero no ahondar en el recuerdo porque podría ponerme enfermo). En cualquier caso, la serie me ha acompañado prácticamente durante toda mi vida y, hoy, además de los ítems de colección que he atesorado, puedo disfrutar de la serie completa en DVD, editada en España -aunque parezca mentira- por Suevia Films en un atractivo estuche que incorpora los once discos que contienen los treinta y ún episodios de la serie. Hacia finales de 1963, la producción de la serie de televisión "Stingray", protagonizada por marionetas animadas por hilos, estaba a punto de terminar. Sus productores, el matrimonio formado por Gerry y Sylvia Anderson, necesitaban un nuevo éxito que continuara con la espectacular carrera iniciada por sus anteriores series, la primera de las cuales fue "Supercar" (1960-1961), seguida por "Fireball XL5" (1962), y por la ya mencionada "Stingray". La idea de producir "Guardianes del Espacio" surgió a partir de un hecho real publicado en la prensa y que acababa de suceder en Alemania, cuando un grupo de mineros quedaron fatalmente atrapados a trescientos metros de profundidad. Los trabajos para rescatar a estos hombres fueron arduos y llevaron muchos días, lo que hizo pensar al imaginativo Anderson en un equipo de rescate altamente sofisticado y poseedor de la más ultramoderna tecnología que sería requerido para misiones muy peligrosas y arriesgadas. Anderson fabuló alrededor de este concepto, y visualizó a una familia, los Tracy -padre ex-astronauta más cinco hijos varones- que habitaban en una isla de los Mares del Sur donde tenían su base secreta. Nadie en el mundo sabría de su localización, ni tampoco de quienes formarían el equipo, que adoptaría el llamativo nombre de International Rescue. La acción se situó en el año 2065, entonces un siglo adelante en el tiempo.Tracy Island es un paraíso natural con todo lo que ofrecería un resort para vacaciones de lujo. Debajo de su superficie, se encuentran los hangares que guardan los vehículos que utiliza Rescate Internacional para las misiones en las que interviene. Cada una de estas naves está pilotada por uno de los hijos de Jeff Tracy: Virgil, Scott, Gordon, Alan y John. Los "Thunderbirds" 1 y 3 son naves muy aerodinámicas, similares a los cohetes espaciales de la NASA, mientras que el número 2 es un enorme carguero capaz de trasladar en su interior todo el pesado material necesario para las tareas requeridas. El "Thunderbird 4" es un pequeño y veloz vehículo submarino, mientras que el número 5 es una gran plataforma espacial en órbita alrededor de la Tierra. El cerebro de toda esta increíble tecnología es Brains, un peculiar personaje con una encantadora imagen pop al estilo de los sesenta (enormes gafas de pasta, chalecos y jerseys de cuello cisne), el cual es una pieza fundamental en la organización.En Londres, Rescate Internacional cuenta con una imprescindible colaboradora, Lady Penelope Creighton-Ward, una bella aristócrata especializada en el más sofisticado espionaje, ayudada por su fiel mayordomo, un ex-presidiario rehabilitado cuyos dedos resultan ser más eficaces que ganzúas. Aloysius Parker es, también, el chauffeur privado de Lady Penelope a bordo del FAB 1, un espectacular Rolls-Royce de color rosa, seis ruedas y techo transparente que, si es preciso, puede alcanzar extraordinarias velocidades y está equipado con utilísimos gadgets, al más puro estilo del Aston Martin del agente 007. Penny, como es llamada cariñosamente por los Tracy, utiliza para sus actividades sus importantes y selectos contactos en todo el mundo, ofreciendo a International Rescue un valioso servicio logístico. La producción de los episodios comenzó en 1964, y cuando el productor de la ITC Entertainment, Lew Grade, vio el programa piloto ("Trapped in the sky") en pase privado, se entusiasmó de tal modo que sugirió que los episodios debían pasar de los veinticinco minutos previstos inicialmente a cincuenta, para poder dar más complejidad a los argumentos. La serie se dotó de mayor presupuesto, y se amplió el equipo humano, que comenzó siendo el mismo que había realizado la anterior serie de los Anderson, "Stingray". Finalmente, la producción se trasladó a unos estudios de mayor envergadura en el condado de Berkshire, que podrían alojar la enorme infraestructura desplegada para la preparación y el rodaje de "Thunderbirds". Los efectos especiales, complejos y prácticamente artesanales, fueron fruto del trabajo de Derek Meddings, quien llevaría adelante esta labor en todas las producciones de Gerry y Sylvia Anderson. La creación de las maquetas, los decorados, las marionetas, y todo el utillaje necesario, así como el rodaje de las escenas de acción -que incluían explosiones de vehículos y de construcciones, terremotos, maremotos, fuego y destrucción- necesitó del desarrollo de nuevos conceptos en la técnica de los efectos especiales. En este sentido, algunos de los logros de esta producción siguen siendo extraordinarios teniendo en cuenta la época de su realización. También fue Meddings quien desarrolló el "Supermarionation", nombre que define un complejo y entramado sistema de marionetas de hilos (puppetry en su acepción más clásica) que permitía moverlas con relativa facilidad entre los abigarrados decorados. La serie se estrenó en septiembre de 1965 en el Reino Unido, obteniendo un gran éxito. La banda sonora compuesta por Barry Gray identificaba el programa desde los primeros compases de su tema principal, acompañando unos espectaculares títulos de crédito. La serie gustó tanto a los pequeños como a los adultos, convirtiéndose en el emblema de las producciones Anderson. Pero, a finales de 1966, y después de un infructuoso viaje de Lew Grade a los EUA para vender la serie a las grandes cadenas ABC, NBC y CBS, esta dejó de producirse. Grade temió no poder seguir asumiendo los elevados costes de producción de los episodios sin el apoyo del mercado americano, y clausuró la serie después de la emisión del sexto programa de la segunda temporada. De todos modos, la immensa popularidad del producto aconsejó su salto a la gran pantalla, produciéndose dos películas de largometraje dirigidas por David Lane, "Thunderbirds are go" (1966) y "Thunderbird 6" (1968), las cuales no obtuvieron en taquilla el objetivo que se había previsto.Con el paso del tiempo, la serie ha alcanzado la categoría de clásico de la televisión, reemitida constantemente por numerosas cadenas a nivel internacional y que ha generado un importantísimo negocio de merchandising, que incluso hoy en día sigue lanzando al mercado espectaculares productos, tanto a nivel de coleccionismo como destinados al juguete infantil. En este apartado han destacado, tradicionalmente, Matchbox y Carlton International.