jueves, 10 de julio de 2008

Weird Toons # 9: "Mot"

"Este es el planeta Marte. Durante el verano de 1954 este planeta pasó muy cerca de la tierra, tan cerca que se perturbó la fuerza cósmica, y un bebé que iba dirigido a la Tierra nació en Marte, mientras que un bebé marciano acabó, por error, en la tierra". Esta es la interesante introducción que una voz en off nos ofrece después de los créditos de "Rocket-bye Baby" (A Warner Bros. Merrie Melodies, 1954), un corto que pertenece, por derecho, a la serie de cartoons más personal e inclasificable de Chuck Jones. En esta colección deluxe, en la que no aparecían los personajes habituales de la Warner, podemos inscribir también otras joyas animadas como "Punch Trunk" (1953), "Nelly's Folly" (1961) o "The Dot and the Line" (1965).El pequeño Mot parece tener una inteligencia muy superior a la de los otros bebés de su misma edad, además de una piel verde, orejas puntiagudas, y unas largas antenas que emiten ondas de radio cada vez que se siente contento. Ni más ni menos, como todos los niños en el planeta Marte. Estas especiales características provocan la intranquilidad de sus padres, Joseph y Martha Wilbur, que asisten asombrados a las demostraciones de genialidad de su pequeñín. Estas incluyen una pasmosa facilidad para las matemáticas y las ciencias, que Mot pone en práctica haciendo la declaración de la renta de su padre, construyendo modelos del sistema solar con pelotitas para jugar o dibujando una tabla de previsión de huracanes para treinta años después.
Un apesadumbrado Joe Wilbur, a regañadientes y para no discutir con su mujer, saca a pasear al pequeño Mot en su cochecito, aunque procurando que nadie en el barrio le vea con su insólito primogénito. Sin embargo, no siempre puede evitar que alguna vecina chismosa descubra, horrorizada, las particularidades del bebé. De regreso a casa, Joe decide entretener al pequeño sentándole ante el aparato de televisíón, donde el peculiar alienígena encontrará, encantado, una poderosa y sugerente fuente de información de la que extraerá -a partir de un juguete para niños que verá anunciado en la pequeña pantalla- las especificaciones técnicas necesarias para construir su propio platillo volante, tarea a la que se entrega immediatamente ante, una vez más, la sorpresa y desazón de los Wilbur.
Una noche, Joe y Martha reciben un mensaje de Marte en el que se les dice que su hijo, al que han llamado Yob, está en el Planeta Rojo al cuidado de la verdadera familia de Mot, y les proponen un intercambio para hacer que las cosas vuelvan a la normalidad. Horrorizados, los Wilbur ven desaparecer a Mot volando en el pequeño platillo que se ha construído. En la oscuridad de la noche, sobre los rascacielos de la ciudad, le espera una gigantesca nave marciana que le llevará de retorno a casa.Joe corre y corre tras el pequeño, sin conseguir alcanzarlo. De pronto, se despierta en la sala de espera de la maternidad del hospital. Todo ha sido un sueño. Aliviado, enciende un tranquilizador cigarrillo después de ver a su hijo, una terrestre criatura rosada de rubios cabellos ondulados. Lo que no ha visto es el brazalete que lleva puesto, en el que puede leerse el nombre "Yob".