jueves, 26 de junio de 2008

Weird Toons # 3: "Alien buzzard"

Los años cincuenta fueron la era dorada de la ciencia ficción. Las historias de seres llegados de otros planetas -con diferentes intenciones, según el caso- proliferaban por todas partes, e invadían cine, radio y televisión con una fuerza desconocida hasta entonces. El auge de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y los países que se encontraban detrás del oscuro y tenebroso "Telón de Acero", comandados por el Ejército Rojo dirigido desde Moscú, y los increíbles avances -aireados por los servicios propagandísticos del Pentágono- realizados por los científicos norteamericanos en materia de armamento y satélites de sofisticada tecnología, embriagaron a la industria del entretenimiento, que dejó volar su imaginación hasta cotas insospechadas. Los estudios de animación no fueron la excepción, y los dibujos animados se llenaron de extrañas criaturas procedentes de otras galaxias que surcaban el cosmos a bordo de unas muy poco aerodinámicas naves espaciales.El equipo de animadores de la Warner Bros. destacó con una serie de excelentes cartoons en los que los visitantes from outer space debían vérselas con las estrellas de la casa, Bugs Bunny, Porky Pig, Sylvester o Daffy Duck (reconvertido en una especie de sosias de Buck Rogers en el genial "Duck Dodgers in the 24 1/2 th century", en 1953).
"Jumpin' Jupiter" (A Warner Bros. Merrie Melodies, Chuck Jones, 1955), con guión de Michael Maltese, presentaba por primera vez esta especie de ave rapaz de dos metros de altura llegada del planeta Júpiter a bordo de su gigantesco platillo volante para recoger muestras vivas del planeta Tierra. Naturalmente, en pleno desierto de Arizona, donde se encuentran pasando el fin de semana cómodamente instalados en su tienda de campaña, se tropezará con Porky y su asustadizo gato Sylvester.
Tres años más tarde, Jones y Maltese recuperarán esta rara criatura en el corto "Hare-way to the stars" (A Warner Bros. Looney Tunes, Chuck Jones, 1958) enviando a Bugs Bunny a un viaje al espacio exterior a bordo de un cohete al que va a parar, por supuesto, sin saber como, en el que resultará uno de los más inspirados sci-fi cartoons de los estudios Warner, poniendo en escena una ocurrente parodia de la amenaza extraterrestre y de los peligros que acechan a nuestro planeta desde el espacio exterior. 
Bugs irá a parar, justamente, a una extravagante plataforma espacial en órbita del planeta Marte donde tendrá que vérselas con el Comandante-X (quien no es otro que Marvin Martian), el cual pretende hacer estallar en pedazos la Tierra porque le tapa la vista de Venus. Para atrapar al entrometido conejo, utilizará "Marcianos instantáneos", píldoras a las que solo hay que añadir agua para hacer crecer tantos alienígenas como se deseen. El aguilucho espacial cambia, así, de procedencia planetaria (de Júpiter a Marte) pero mantiene intactas las características del personaje, el cual, inexplicablemente, no volvió a aparecer en ningún otro cartoon de los estudios Warner a pesar de haber sido uno de los más inclasificables y originales personajes de la casa durante la década de los cincuenta.