sábado, 28 de junio de 2008

UPA: vanguardia de la animación

La historia de la animación se habría escrito en una forma muy distinta sin la importantísima aportación de la United Productions of America (UPA), un estudio fundado en 1941 y que desarrolló su actividad hasta los inicios de la década de los setenta. Entre los cartoons que produjo en este período se encuentran algunas de las películas de animación que cambiaron por completo el aspecto del género, aparcando definitivamente los viejos postulados imperantes en Hollywood y sentando las bases de lo que sería el moderno cine de dibujos animados.
Los orígenes de la UPA se encuentran en el éxodo de algunos cartoonists de los estudios de Walt Disney, en 1941, a consecuencia de la enorme diferencia de criterios que animadores como John Hubley, Dave Hilberman, Zack Schwartz o Stephen Bosustow mantenían con la poderosa productora.Estos creían que los dibujos animados no tenían que ser una simple trasposición de elementos de la vida real emmarcando unos personajes absolutamente tipificados, sino que era imprescindible dotar al género de la suficiente flexibilidad creativa para permitir introducir aspectos artísticos que participaran de las corrientes estéticas del siglo XX. Bajo la marca United Film Production, estos animadores huídos del pensamiento único que reinaba en la Disney pudieron comenzar a expresarse libremente y a aplicar nuevos conceptos, en un proceso de afirmación de identidad que les valió firmar un importante contrato con el gobierno para la realización de producciones animadas de propaganda tanto para el ejército (la Segunda Guerra Mundial estaba en pleno apogeo) como para finalidades políticas. En este sentido, uno de sus primeros encargos fue el corto "Hell-Bent for Election" (1944), dirigido por Chuck Jones, el cual fue utilizado en la campaña para la re-elección del presidente Roosevelt. Así, la United Films Production cambió su nombre por el de Industrial Films and Poster Service.
"Brotherhood of Man" (1946), dirigido por Robert Cannon, fue otro notable éxito que rompió esquemas, no solamente por su alegato a favor de la tolerancia racial, sino por su estilizado y elegante diseño, completamente opuesto al de las producciones de la Disney. Alentados por la respuesta positiva de la crítica y el público, los estudios pasan a llamarse, ya definitivamente, United Productions of America (UPA). La alegría duró muy poco, ya que el gobierno rescindió el contrato que les mantenía comprometidos laboralmente a partir de la investigación a la que el FBI sometió a los miembros de la UPA, acusados de apología del comunismo. A finales de los años cuarenta, Hollywood sufría los efectos de la "Caza de Brujas" del senador McCarthy, desatándose una alucinación colectiva que se tradujo en multitudinarios juicios, a los que cualquiera podía verse expuesto si era delatado al Comité de Actividades Antiamericanas. Este proceso acabó con la carrera de muchísimos profesionales de la industria del cine como John Garfield, Larry Parks o Gale Sondergaard; obligó a huír a Europa a grandes nombres como Charles Chaplin, John Huston, Orson Welles o Joseph Losey, y puso entre rejas a personalidades como Dalton Trumbo, Edward Dmytryck o Dashiell Hammett. Curiosamente, uno de los más famosos delatores de ese período fue el propio Walt Disney, junto a personajes como Adolphe Menjou o Ronald Reagan.A pesar de que nada pudo probarse, finalmente, contra los animadores de la UPA, estos tuvieron que buscar nuevas vías de subsistencia, viéndose obligados a entrar en el mercado de los cortos para la exhibición en salas cinematográficas, un sector explotado por todos los grandes estudios de Hollywood y, por tanto, altamente competitivo. UPA firmó contrato con la Columbia Pictures, cuya división de animación, la Screen Gems, no atravesaba por un buen momento. Los chicos de la UPA comenzaron por aplicar sus criterios estilísticos a los personajes más famosos de la casa, la Zorra y el Cuervo ("Fox and Crow"), con sendos cartoons dirigidos por Hubley -"Robin Hoodlum" (1948) y "The Magic Fluke" (1949)- que resultaron nominados al Oscar en el apartado de mejor film de animación. Esta distinción les llevó a granjearse la absoluta confianza de la Columbia, obteniendo del estudio gobernado por Harry Cohn la licencia para desarrollar sus propios personajes.
El primero de ellos fue un cegato anciano cascarrabias al que llamaron Mister Magoo, que obtuvo el immediato favor del público a partir de su debut en "The Ragtime Bear" (1949). El gran éxito obtenido por este personaje se tradujo en dos premios de la Academia de Hollywood para sus cortos "When Magoo flew" (1953) y "Magoo's Puddle jumper" (1955). El original personaje resultó un revulsivo para un mercado saturado de animalillos parlantes, siendo otro personaje no inspirado en la zoología, "Gerald McBoing-Boing" (1951) el que obtuvo un Oscar más para la UPA adaptando esta curiosa fábula de Dr. Seuss alrededor de un niño que no es capaz de hablar con palabras, sino que lo hace reproduciendo sonidos. Este personaje tendría continuidad en tres cortos más.Producciones como "A Unicorn in the garden" (1953), "Rootty Toot Toot" (1951), "Madeline" (1952), "Christopher Crumpet" (1953) o la terrorífica adaptación de Ted Parmelee de la narración de Edgard Allan Poe "The Tell Tale Heart" (1953), cimentaron el prestigio de la UPA, cuyas personalísimas producciones nada tenían que ver con las de los restantes estudios de animación. La United Productions of America había conseguido, de este modo, revolucionar el mundo del cartoon, haciéndole entrar en un fecundo período de experimentación y renovación constante, adaptándose a las sucesivas corrientes artísticas y a los movimientos sociales. Pero presiones políticas sobre la Columbia Pictures, consecuencia directa de las acusaciones de pertenecer a grupos comunistas vertidas sobre John Hubley, precipitaron en 1952 su cese en la UPA, pasando el estudio a estar bajo la dirección de Stephen Bosustow. La marcha de Hubley marcó el inicio del fin de la era dorada de la UPA, abandonando la producción de cortos para la gran pantalla en 1959 y buscando nuevos horizontes en la televisión. Aún se producirían, empero, dos films para la pantalla grande, el largometraje de Mister Magoo "1001 Arabian Nights" (Jack Kinney, 1959), y "Gay Purr-ee" (Abe Levitow, 1962)
Malos tiempos económicos corrían para los estudios de animación en 1960, así que Bosustow no tuvo más remedio que vender la UPA al productor Henry G. Saperstein, quien incentivó la producción de cortos de Mister Magoo y de una nueva serie basada en los comics de Dick Tracy para alimentar el mercado televisivo. Esta nueva vertiente obligó a acelerar el ritmo de trabajo, circunstancia que se vería reflejada en un nivel más bajo de lo habitual en la calidad del producto final.
Los cartoonists de la UPA, haciendo gala de su proverbial capacidad de adaptación, desarrollaron un nuevo estilo de animación limitada o reducida, que pronto daría espectaculares resultados, hasta el punto de ser adoptado por otros estudios de Hollywood, especialmente por Hanna-Barbera Productions. La televisión se llenó, así, de cartoons de bajo presupuesto, rápidos y baratos de realizar, al tiempo que nacía una nueva forma del arte de la animación, que ha llegado prácticamente intacta hasta la actualidad.
Saperstein logró capear los primeros años sesenta, pero acabó cerrando el estudio en 1964 y vendiendo los derechos de los cartoons UPA, aunque retuvo los de los personajes de Mister Magoo, Gerald McBoing-Boing y los demás creados por el estudio. La Columbia Pictures había mantenido, tradicionalmente, los derechos de explotación de los cortos realizados para la pantalla grande, mientras que los de la producción para la televisión se hallan en poder de Classic Media.
En un extraño giro empresarial, Saperstein firmó un contrato con la legendaria productora japonesa Toho para la distribución en los Estados Unidos de las películas de Godzilla para cine y televisión. Hay que atribuir, pues, a la UPA el culto que en los años setenta y ochenta despertó, sobre todo en los más jóvenes, hacia las películas Kaiju (en japonés, "bestia extraña" o "monstruo", en acepción más occidental), culto que sigue vivo hacia este subgénero nipón del cine fantástico.
La edición en DVD, lenta pero segura, de las producciones animadas de la UPA y su reposición en televisión dentro del programa "Totally Tooned In", producido en 1999 con la emisión de 195 cartoons repartidos en 65 programas (combinando la producción de Screen Gems-Columbia Pictures con la propia de la UPA), mantienen vivo el interés del público y facilitan el acceso de las nuevas generaciones al conocimiento del legado del histórico estudio de animación.