lunes, 31 de agosto de 2009

Weird Toons # 30: "Madeline"

En 1952, Robert Cannon, uno de los más brillantes cartoonists que trabajaban para la UPA (United Pictures of America), recuperó para el dibujo animado uno de los personajes de la literatura infantil más queridos en los países anglosajones y cuyas aventuras aparecieron, por vez primera, publicadas en 1939. Su autor, el pintor, ilustrador y escritor de cuentos para niños Ludwig Bemelmans fue uno de los artistas que, incluso antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, desarrollaron un nuevo lenguaje plástico para el lector infantil, unido a una inaudita capacidad para conectar con sus difíciles gustos partiendo -no sin evidente riesgo- de la narración de anécdotas de absoluta cotidianeidad, aparcando la fantasía de los cuentos de hadas y de las aventuras extraordinarias para sumergir a los más pequeños en un mundo en el cual la observación y la estimulación de los sentidos toman un absoluto protagonismo. "Madeline", sin duda alguna, es la cumbre del arte de Bemelmans, una maravillosa historia que tiene como protagonista a una niña pequeña que se encuentra interna en un colegio en el París de entreguerras.
Con exquisito y delicado mimetismo, Cannon adaptó al cartoon la paleta cromática de Bemelmans, así como su trazo suelto y grueso que perfila magníficamente las figuras sobre fondos de colores planos en los que aparecen únicamente los elementos imprescindibles. La animación, reducida a extremos minimalistas, plasma con exactitud las grandes láminas de ilustraciones en las que se narra la vida de la pequeña Madeline en el colegio parisino bajo la maternal pero alerta mirada de su profesora, la señorita Clavel, y junto a sus once compañeras de clase. Madeline, la más pequeña, es siempre la más valiente y atrevida de entre todas ellas, provocando a veces el disgusto de su maestra con sus frecuentes travesuras. Madeline y sus condiscípulas pasearán por París con la señorita Clavel, "tanto con sol, como con lluvia, como con nieve", tal como va relatando el narrador del encantador texto original de Bemelmans.El delicioso corto de ocho minutos de duración fue nominado al Premio de la Academia de Hollywood en la edición de 1953 -aunque finalmente no consiguió el galardón- y es considerado hoy en día uno de los cartoons de referencia en la historia del dibujo animado, así como una de las cimas del indiscutible genio del gran Robert Cannon, proveniente (igual que muchos de sus compañeros en la UPA), de los estudios de Walt Disney. Cannon fue el creador de otras estrellas de la United Pictures of America como Gerald McBoing Boing o Christopher Crumpett, personajes animados que, al igual que ocurrió con Madeline, no gozaron en su momento de la popularidad que merecían y que fueron reivindicados décadas más tarde. De hecho, la UPA exigió a Stephen Bosustow, el responsable del equipo de animadores, que creara personajes más comerciales para que las producciones del estudio pudieran llegar al público internacional. De esta manera nació, poco después, Mister Magoo. Después del corto de 1952, la UPA no adaptó más historias de Madeline, a pesar de que Bemelmans publicó un total de seis cuentos con las aventuras de su pequeña heroína. Sin embargo, el personaje fue objeto de revisión en 1989 y en 1993 con sendas series animadas para la televisión, y en 1998 con el estreno de una película de acción real para la gran pantalla, "Madeline", con Frances McDormand en el papel de la señorita Clavel. Así mismo, Las nuevas generaciones infantiles han descubierto a Madeline con las constantes reediciones de los libros de Ludwig Bemelmans lanzadas por la estadounidense The Viking Press-Penguin Putnam, las cuales han adquirido una merecida pátina de artículo de lujo que jugueterías como la universalmente conocida F·A·O·Schwarz de Nueva York exhibe en displays especiales junto a variado merchandising de Madeline que la creciente popularidad que el personaje ha experimentado en los últimos tiempos ha puesto en el mercado.