Uno de los recuerdos más vívidos de la televisión de mi infancia es el de una serie que se emitía los sábados (a una ultimísima hora de la tarde-noche lo bastante decente para que me dejaran seguir sentado frente al viejo Vanguard en blanco y negro) hacia mediados de la década de los setenta. Yo debía rondar los diez u once años, hacía poco que había pasado del pantalón corto al largo -por cierto, unos horribles pantalones de Tergal de paquidérmica extremidad- y había dejado, prudentemente, de dormir con mi hermana en la misma habitación. En mi cuarto, a solas, en plena noche, volvían a mi mente las imágenes de pesadilla que poblaban las terroríficas historias de "Galería Nocturna", estrenada en los EUA en 1970 por la NBC y cuyas emisiones se prolongarían hasta 1973, con un total de 43 episodios -y 98 historias- repartidos en tres temporadas. Rod Serling, a la sazón con cuarenta y seis años, era uno de los más importantes nombres en el género del fantástico, el terror y la ciencia ficción de la industria americana. Creador de la mítica "The Twilight Zone", una década atrás, había firmado también los guiones de producciones como "Planet of the Apes" (1968) y "Seven days in May" (1964), así como innumerables episodios para diferentes series de televisión durante los años cincuenta y sesenta. Junto a escritores del prestigio de Robert Bloch, Arthur C. Clarke, H. P. Lovecraft o Richard Matheson, dignificó la literatura de género fantástico, hasta entonces relegada a los pulps y a los seriales radiofónicos, penetrando en un campo poco explorado en el que ya había abierto brecha, en los años cincuenta, el realizador Alfred Hitchcock con su "Alfred Hitchcock Presents", y más tarde, en los primeros sesenta, con "The Alfred Hitchcock Hour". "The Twilight Zone" fue el primer programa de televisión que desarrollaba historias cortas (con una duración de unos veinte-veinticinco minutos), mezclando temáticas de horror y ciencia ficción con un confesado gusto por los finales abiertos en los que el espectador, muy a menudo, debía poner cierta imaginación de su parte.La serie se convirtió en un hito de la televisión americana, triunfando en todo el mundo y convirtiéndose en objeto de culto que, incluso hoy en día, suscita los más encendidos debates y profundos estudios.
"Night Gallery", sin apartarse del formato de historia corta desarrollada en apenas veinte minutos, era sensiblemente diferente a su predecesora. Los años sesenta habían dejado su huella en la sociedad americana y las nuevas tendencias artísticas en todos los campos arrollaban a su paso los viejos cánones estéticos. Estos nuevos conceptos se hicieron muy evidentes en la televisión, y "Galería Nocturna" fue concebida como una oscura sala de exposición en la que cada obra pictórica daba acceso a una de las historias que componían la serie, introducidas por el propio Serling, repitiendo su querido papel de host para con el público televisivo. Las pinturas fueron realizadas, en su immensa mayoría, por el artista Tom Wright, pintor de notable talento y particular estilo que mezclaba, con gran originalidad, el gótico más retorcido con el pop más vanguardista. El episodio piloto de "Night Gallery" fue emitido el 8 de noviembre de 1969, en formato largometraje dividido en tres relatos de horror que mostraban desenlaces con cierto regusto a justicia poética, además de una evidente moralina. El segundo de ellos, "Eyes", dirigido por un jovencísimo Steven Spielberg (entonces metido a realizador de episodios de "Columbo" y a punto de rodar "Duel"), está protagonizado por Joan Crawford en uno de sus últimos trabajos como la fría e inhumana multimillonaria ciega que compra los ojos de un hombre abrumado por las deudas para poder ver durante unas pocas horas. Los otros dos segmentos, "The escape route" y "The cemetery", fueron protagonizados respectivamente por Richard Kiley y Sam Jaffe, y por Roddy McDowall y Ossie Davis.
Las historias de "Night Gallery" daban otra vuelta de tuerca a las de "The Twilight Zone", resultando, tal vez, menos sorprendentes, pero infinitamente más terroríficas y asfixiantes, apostando en muchas ocasiones por el grand guignol más descarado e incluso por un chocante sentido del humor (hay que recordar aquí la historia "A matter of semantics", con Cesar Romero como un vampiro de largos colmillos y capa roja buscando su cena en un banco de sangre). Otras, sin embargo, son recordadas como cumbres de lo terrorífico en televisión, como "The doll", "Certain shadows on the wall" o "Big Surprise". La lista de intérpretes invitados a los episodios de la serie es un catálogo de estrellas, destacando los ya citados Joan Crawford y Cesar Romero, Agnes Moorehead, Zsa Zsa Gabor, Joseph Campanella, Raymond Massey, John Carradine, Gale Sondergaard, Diane Baker, Leslie Nielsen, Geraldine Page, Vincent Price, Ray Milland, David McCallum, Virginia Mayo, Ross Martin, Bradford Dillman, Edward G. Robinson, Elsa Lanchester, Stuart Whitman o Dana Andrews, extraídos de una casi infinita lista.
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