Dos papeles brillan, refulgentes, en la carrera de Thelma Ritter. El primero de ellos, Miss Stella, enfermera a tiempo parcial contratada por una compañía de seguros para cuidar del fotógrafo transitoriamente inmovilizado de "Rear Window" ("La ventana indiscreta", 1954), y en donde Alfred Hitchcock le consintió merendarse, tranquilamente, al resto del reparto, incluyendo a James Stewart, Grace Kelly, y a unos estupendos Wendell Corey y Raymond Burr.
El segundo, Miss Birdie Coonan, posiblemente el rol por el que se la recordará eternamente, en la obra maestra de Joseph Leo Mankiewicz "All about Eve" ("Eva al desnudo", 1950), junto a una Bette Davis en el mejor momento de su madurez interpretativa y en pleno duelo magistral con esta, Anne Baxter y Celeste Holm. Se dice pronto.
No fue ni la suerte ni la casualidad que Thelma Ritter llegara a interpretar tan gloriosamente estos dos personajes, ni tampoco fue el resultado de exhaustivos y agotadores ensayos. Ritter no necesitó nada de todo esto para expresar su talento, del mismo modo en que lo hizo en todas y cada una de sus apariciones en la gran pantalla. Su capacidad para transmitir emociones al público le permitió desarrollar un personaje extrovertido, pero cargado de pesimismo, desengaño vital y un cierto hastío, características que, curiosamente, le granjearon la absoluta simpatía y complicidad de la audiencia. Así, fue el contrapunto perfecto para las comedias intrascendentes que tuvo que interpretar junto a la insufrible Doris Day, o para los dramas con fondo de denuncia social como "City across the river" (1949), o de intrigas petroleras como "Lucy Gallant" (1955). En cualquier caso, pese a mostrar siempre esa especie de desidia, ese pasear por la pantalla como sin ganas, los ojos del público no la perdían de vista en ningún momento, y sus oídos esperaban escucharla soltar uno de sus latigazos verbales (su especialidad, por otro lado) cargados de ironía, ácido humor y, algunas veces, segundas intenciones. Thelma Ritter nació en Brooklyn (Nueva York) en 1905. Comenzó muy tardíamente su carrera artística, pese a sentir la vocación por la interpretación desde muy joven, actuando en montajes escolares de obras teatrales y, más tarde, en compañías de repertorio. Así, tuvo que aparcar durante algunos años su profesión dedicándose al cuidado de los dos hijos que tuvo con su esposo, Joseph Moran, ejecutivo publicitario. Cuando pudo volver a trabajar, en los primeros años cuarenta, comenzó en el medio radiofónico sin demasiado éxito. Su primer papel en el cine -ya contando cuarenta y cinco años- fue en "Miracle on 34th street" (1947), donde ofreció un recital como la madre incapaz de dar a su hijo el juguete que Santa Claus le ha prometido. Su segundo trabajo fue en "A letter to three wives" (1949), dirigida por J. L. Mankiewicz, quien quedó tan impresionado con su interpretación que la incluyó en el reparto de la ambiciosa producción que escribiría y dirigiría al año siguiente, "All about Eve". La mítica película significó para Miss Ritter su primera nominación al Oscar de la Academia de Hollywood, de las que recibiría otras cinco sin nunca conseguir la estatuilla. Su personaje de asistente personal, criada, amiga y confidente de la peculiar estrella del teatro Margo Channing (Bette Davis), puso la primera piedra de toda una retahíla de papeles orientados en este sentido, terminando por convertirla en la personificación de la maid of all work ideal dentro de la industria del cine. Su carrera, pese a tomar esta peligrosa dirección, es un ejemplo de dosificación y buen hacer, aportando a cada personaje los matices que necesitaba y evitando caer en la fácil reiteración de un arquetipo asumido.
Alfred Hitchcock supo aprovechar esta faceta ofreciéndole un jugoso papel en "Rear Window", como la enfermera de vuelta de todo que se implica, con Stewart y Kelly, en una intriga de detectives privados aficionados en la que el voyeurismo -una de las aficiones no confesadas del orondo realizador británico- y la intromisión en la vida privada de los demás resultan un juego casi letal.
Irremisiblemente atenida a este patrón, Ritter tuvo que verse de comparsa de Doris Day y Rock Hudson en "Pillow talk" ("Confidencias a Medianoche", 1959), siendo su interpretación lo más memorable de esta cinta, típica comedia de enredos al más puro estilo de su protagonista con apartamentos de lujo, restaurantes caros, abriguitos de visón y mucho, mucho teléfono. Habría que esperar hasta 1961 con "The Misfits" ("Vidas rebeldes") para volver a ver a Thelma Ritter en un personaje estremecedor, Isabelle Steers, una de los integrantes del desarraigado grupo formado por unos decadentes Clark Gable, Marilyn Monroe y Montgomery Clift, dirigidos con palpable pesimismo por John Huston.
Thelma Ritter murió en 1969 a consecuencia de un ataque cardíaco. En sus últimos años alternó cine y televisión, ofreciendo todavía algunas buenas interpretaciones, como en "Birdman of Alcatraz" y en "How the West was won", ambas de 1962. Además de las seis nominaciones al Oscar, Ritter fue nominada a un premio Emmy y a tres Globos de Oro, consiguiendo finalmente un Tony por su participación en el musical teatral "New Girl in Town" (1957).
1 comentario:
Definitivament amb aquest post m'has robat completament el cor.... que algú li dediqui un comentari a la meravellosa Thelma Ritter, ja mereix per a mi tot el meu respecte... i és que la Ritter sempre serà la més gran dels secundaris que existeixen a l'univers cinematogràfic. Era tendre, punyent, àcida i cínica en els seus diàlegs... sobretot el duel interpretatiu amb Bette Davis a All about Eve, on és ella la única que la fa callar...a tot un caràcter com era la Bette..... està simplement meravellosa.
Quan vaig començar a fer el meu bloc, el meu tercer comentari va ser per ella....
actriu excepcional...... no hi ha ningú que li hagi pogut fer ombra... si vols llegir el meu post!!:
http://bargalloneta.blogspot.com/2007/12/thelma-ritter.html
salutacions
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