Fea, alta y desgarbada, con unos pies inmensos dentro de unas enormes botas y un sospechoso aire de lobo de mar muy masculino, es el archienemigo por autonomasia de Popeye, el marino. Al lado de las pendencias habidas con esta dama, las peleas del famoso marinero con Bluto, su rival por el amor de su eterna novia, Olive Oil, no pasan de ser simpáticos rifi-rafes. La Bruja del Mar, siempre acompañada por su querido buitre Bernard -que hace las veces de leal esbirro- es uno de los más sugestivos personajes de las aventuras de Popeye desde su primera aparición en las tiras cómicas de su creador, E. C. Segar, en 1929.
En estas historietas gráficas, la Bruja del Mar vivía enamorada de Popeye, y su malvado comportamiento era consecuencia directa de verse despechada por el marinero de las espinacas en favor de la andrógina Olive Oil. Así, la Bruja del Mar navega por los océanos en su barco "El Percebe Negro" siempre maquinando nuevas artimañas para destruir el amor de Popeye y de su prometida. La Bruja del Mar utilizará todos los trucos imaginables, desde prácticas de vudú hasta convertirse ella misma en una réplica exacta de Olive, sin conseguir el más mínimo resultado. Más tarde, Segar hizo desistir a la malvada hechizera de conseguir el amor del marinero, poniendo sus ojos en los de su buen amigo Wimpy (al cual, como todo el mundo sabe, la única cosa que le interesa en esta vida son las hamburguesas). Cuando la enorme popularidad de las historias de Popeye aconsejaron su salto al cine, la Bruja del Mar no sería uno de los personajes que aparecerían, a partir de 1933, en los cortos animados de los estudios Fleischer, que llevarían adelante la producción de los mismos hasta 1942. Tras la adquisición del estudio de animación por la Paramount Pictures, esta siguió con la serie hasta 1957, vendiendo entonces los derechos de estos cartoons a la Associated Artists Production (AAP), que los licenció para la pequeña pantalla. En 1960, King Features Syndicate se hizo con los derechos para producir una serie de cartoons exclusivos para la televisión. Estos estudios, fundados en 1915 por el magnate de la prensa americana William Randolph Hearst, habían creado personajes tan populares como Betty Boop, Felix the Cat, Beettle Bailey, Blondie o Krazy Kat, y ambicionaban su parte del pastel en el emergente mercado de los dibujos animados para la pequeña pantalla. La serie de Popeye realizada por la KFS sí tuvo en cuenta a la olvidada Bruja del Mar, convirtiéndola en uno de los más recurrentes personajes de la nueva serie de cartoons, que se mantendría dos años en antena con 220 cortos emitidos.
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