La complicada relación personal que mantenían ambos actores, con frecuentes desencuentros en los que pasaban temporadas sin hablarse más allá de lo que obligaba el guión, sumada a los problemas de salud que ambos arrastraban y al auge de la nueva pareja cómica que arrasaba a mediados de los cincuenta, Jerry Lewis y Dean Martin, propiciaron su desaparición de las pantallas, abandonados por un público que diez años atrás los había consagrado acudiendo en masa a las salas de proyección para ver sus películas, divertimentos en los que se mezclaban sabiamente la poderosa química que se producía entre ambos actores con buenas dosis de números musicales en los que se pudo ver, entre otros populares intérpretes de la época, a The Ted Lewis Orchestra, Allan Jones, The Andrews Sisters o Kathryn Grayson.
En 1965, Hanna-Barbera produjo una serie de dibujos animados que recuperaba a la desaparecida pareja cómica convertida, ahora, en cartoons de sí mismos metidos en delirantes aventuras en las que abundaban los elementos extraídos de sus antiguas películas de acción real. La serie fue producida hasta 1967 con 156 episodios de cinco minutos cada uno de ellos, estructurados en un show de media hora que se llamó The Abbott & Costello Cartoon Show. Bud Abbott dobló a su alter ego animado, mientras que el toon de Lou Costello tomó la voz de Stan Irwin. En realidad, no era esta la primera vez que el dúo cómico aparecía en los dibujos animados, habiendo sido ya caricaturizados por la división de animadores de la Warner Bros. en tres cortos producidos durante la década de los cuarenta y en los que Mel Blanc y Tedd Pierce prestaron su voz a las versiones dibujadas de ambos cómicos. En el primero de ellos, "A Tale of two Kitties" (Bob Clampett, 1942) ambas estrellas aparecían convertidos en dos gatos, Babbitt y Catstello, empeñados en alejar el espectro del hambre merendándose a un nada desvalido Piolín en la que sería la primera aparición fílmica del, más tarde, famosísimo canario, mientras que en "A Tale of two Mice" (Frank Tashlin, 1945) adoptarían, curiosamente, la personalidad de dos ratones domésticos que tratarán de robar un sabroso queso de un frigorífico custodiado por el gato de la casa. En ambos cartoons, los guionistas introdujeron algunos de los gags que habían popularizado los auténticos Abbott y Costello en sus películas y que se habían convertido en highlights que el público aplaudía una y otra vez. Finalmente, en "The Mouse-Merized Cat" (Robert McKimson, 1946) volverían a ponerse en el pellejo de los dos ratones golosos con Babbitt hipnotizando a Catstello haciéndole creer que es un perro para que se enfrente al felino que, nuevamente, les cierra el paso al codiciado interior del refrigerador.Estas tres puntuales incursiones de la Warner Bros. en sus personajes basados en Bud Abbott y Lou Costello son la constatación de la celebridad absoluta de la que disfrutó en los Estados Unidos la pareja de actores durante la década de 1940 a 1950, mientras que cuando Hanna-Barbera puso en 1965 sus cartoons de Abbott y Costello en antena, la popularidad de la pareja era poco más que un recuerdo vintage. De todos modos, la serie funcionó satisfactoriamente aunque, eso sí, ayudada por el pase televisivo de las viejas películas del dúo cómico, muchas veces programadas en horario infantil.
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