Un automóvil transita, en una oscura noche, por una desértica carretera en algún lugar del medio oeste de los Estados Unidos. Su conductor, David Vincent, un joven arquitecto agotado por el cansancio y vencido por el sueño. Circulando por lo que cree que será un atajo a su destino, se da de bruces con la increíble visión de un enorme platillo volante posándose sobre la tierra yerma que se extiende ante él. Se trata de seres inteligentes, procedentes de un mundo lejano que está desapareciendo. Su única posibilidad de sobrevivir está en conquistar nuestro planeta y colonizarlo a partir de una invasión solapada, lenta pero segura, emmascarados en su apariencia perfectamente humana. David Vincent tiene que prevenir al mundo de lo que ha visto y de lo que sabe, pero... ¿quién va a creerle?
Este es el prometedor arranque del primer episodio de "The Invaders", emitido el 10 de enero de 1967 y que immediatamente contó con el beneplácito de la crítica y el público. La posibilidad planteada por la serie de que nuestro planeta podría ser objeto de codicia por parte de una inteligencia alienígena superior a la nuestra atrapó a una audiencia ya familiarizada con el tema gracias a las producciones de ciencia ficción que se habían apoderado de las salas de exhibición cinematográfica desde los primeros años cincuenta. "The Invaders", con su sencillo planteamiento que evitaba caer en la trampa de un exceso de efectos especiales y de argumentos totalmente increíbles, aportó a un público altamente motivado considerables dosis de intranquilidad, pues la situación que proponía la serie podía estar ocurriendo en aquellos mismos momentos sin que nadie pudiese estar percatándose de ello. En la primavera de 1965, el productor Quinn Martin andaba a la búsqueda del que sería el protagonista de su nueva producción para la televisión. Tenía que ser un actor alto, apuesto y de masculino atractivo sobre el que recaería el peso interpretativo de la serie, acompañado en cada episodio por diferentes estrellas invitadas (finalmente, una larga lista de grandes nombres como Michael Rennie -un guiño a su personaje en "Ultimátum a la Tierra"- Diane Baker, Suzanne Pleshette o Burgess Meredith). De modo casual, entró en contacto con Roy Thinnes, un actor que respondía a las exigencias del personaje y que se hallaba entonces interpretando la serie "The Long Hot Summer", producción que tuvo que ponerse a buscar, a toda prisa, otro actor para sustituirle en la adaptación de la obra de Tennessee Williams. Thinnes se unió al equipo de Quinn Martin Productions, que trabajaba en los estudios Samuel Goldwyn en la construcción de los costosos decorados para las escenas de interiores, especialmente los de las naves extraterrestres. Para conseguir el mayor realismo posible en las escenas con los platillos volantes, se hicieron tres modelos de distintos tamaños, utilizados en función de las necesidades de cada secuencia en la que iban a aparecer. Los guiones de los episodios fueron encargados a diferentes autores partiendo de la idea original de Larry Cohen, quien se había puesto en contacto con el Instituto de Estadística de los EUA para aseverar el dato de que uno de cada cuatro ciudadanos americanos aseguraba haber visto un OVNI en algún momento de su vida. Uno de los más inquietantes elementos de "The Invaders" radicaba en las especiales características de los invasores alienígenas, a simple vista tan humanos como cualquiera de nosotros. David Vincent, el protagonista interpretado por Roy Thinnes, acaba por establecer algunos ítems básicos para diferenciarles de los terrícolas: no tienen pulso ni ritmo cardíaco, dado que carecen de corazón, su dedo meñique está inseparablemente unido a su anular y, cuando mueren, se desintegran en una brillante luz roja. "The Invaders" fue un considerable fenómeno que comportó el lanzamiento de distintos productos de merchandising, siendo tal vez los más populares la maqueta del platillo volante alienígena -fabricada por Hobby y Aurora, entre otras marcas- y la serie de comics editada entre 1967-1968 por la Gold Key. La serie se prolongó en la ABC durante dos temporadas, hasta la emisión del último capítulo el 26 de marzo de 1968. Con el paso del tiempo, "Los Invasores" se ha convertido en una clásico de la pequeña pantalla, en el que se han inspirado muchas producciones posteriores, tanto para el cine como para la televisión.
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