La matinal televisiva de los sábados fue, prácticamente en todo el mundo, coto vedado para los adultos durante las décadas de los sesenta, los setenta e incluso los ochenta, reservando los mejores programas infantiles de la semana para esta franja horaria en la que los niños se asomaban al televisor para ver las aventuras de sus héroes favoritos. Televisión Española no fue menos, en este sentido, que el resto de las cadenas de los países occidentales, poniendo toda la carne en el asador durante estas matinales de los sábados en las que pudimos ver las mejores series y programas para niños que se recuerdan, tanto de producción nacional como de importación. En los años ochenta, TVE puso en antena uno de los experimentos más sonados de la historia del medio en España, "La Bola de Cristal", compendio de trasuntos a medio camino entre el humor más disparatado, los iconos de la movida madrileña más populares, y una vocación educativa absolutamente iconoclasta, todo mezclado en un original crisol que atraía la atención de niños y adolescentes de todas las edades. A los de mi generación "La Bola de Cristal" nos cogió ya talluditos, con nuestros buenos veinte añitos a cuestas, pero era increíble comprobar que, a pesar de haber salido la noche del viernes y habernos recogido a horas harto indecentes, nos levantábamos, religiosamente, a las once de la mañana de los sábados para ver -con la imprescindible ayuda del inefable Alka-Seltzer- la emisión semanal del programa. Hoy, esto no ocurre. Las franjas horarias por edades o preferencias se han diluido en el proceloso mar del share más despiadado, y ahora los niños -pobrecitos míos- pueden aburrirse con los mismos clónicos y monotemáticos dibujos animados japoneses en cualquier canal y a cualquier hora, aunque sean las cuatro de la mañana. Yo, la verdad, no puedo comprenderlo.
Uno de estos ítems sabatinos -tal vez, de los de más borroso recuerdo para el gran público- fue la serie de los "Groovie Goolies", una producción de 1970 de Norm Prescott y Lou Scheimer que contó con dieciseis capítulos de una hora de duración cada uno de ellos y que narraba, en clave de humor y con un fuerte apoyo musical, las desventuras de los monstruosos habitantes de un curioso castillo conocido como Horrible Hall. La terna protagonista son Frankie, Woolfie y Drake (obviamente, tres remedos del Monstruo de Frankenstein, el Hombre-Lobo y el Conde Drácula), que conviven con un ecléctico grupo de rarezas entre las que destacan -entre otros curiosos ejemplares- Bella La Ghostley (pronunciadlo en correctísimo inglés y veréis lo que suena), una bellísima vampira que ejerce como telefonista del castillo; Napoleon Bone-apart, un esqueleto con las trazas del antiguo emperador de Francia; Batzo y Ratzo, dos diabólicos preadolescentes de piel verdosa que ponen constantemente en jaque a toda la casa; el Dr. Jeckyll&Hyde, un científico bicéfalo con un grave problema de desdoblamiento de personalidad; y Hagatha, una bruja de edad no confesada que ejerce como cocinera y que hace las veces de una peculiar mamá para los habitantes del lugar.
Podría decirse que "Groovie Goolies" es el spin-off de un spin-off. Todo tuvo su orígen en el "The Archie Comedy Hour", el programa de dibujos animados (por supuesto, también de Prescott y Scheimer) que tenía a los cinco componentes de una imaginaria banda garage como protagonistas, y que llegó a hacerse tan famosa que una de sus canciones más populares, "Sugar Sugar", fue número uno en el Billboard Magazine Hot 100 en 1969.
En el programa de The Archies aparecía, como personaje invitado, una encantadora brujita llamada Sabrina, una especie de Samantha Stephens adolescente que enganchó al público y que, por tanto, pronto tuvo su propio show, "Sabrina the teenage witch". De éste a la eclosión de los "Groovie Goolies" medió un paso, siendo Sabrina un personaje recurrente (pese a que no vivía en el castillo, acudía allí para visitar a la familia) en el nuevo programa. El programa se mantuvo en el aire durante más de un año, y ha sido objeto desde entonces de frecuentes reemisiones especialmente en los Estados Unidos, donde fue muy popular y es, incluso hoy en día, todavía muy recordado. Buena prueba de ello es la edición en DVD de la serie completa que salió a la venta en octubre de 2006, y que incluye los dieciseis episodios; "Goolians", un documental de 45 minutos acerca de la producción de la serie; comentarios en audio de sus creadores; galería de imágenes con los bocetos de la pre-producción y los cels y model sheets originales, y un sing-a-long con las canciones de la serie. Este pack de tres discos está editado por Ink & Paint DVD bajo el original título de The Saturday Mourning Collection y no incluye ni tracks ni subtítulos en castellano.
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