 Pese a que no soy muy aficionado a los obituarios, hoy me siento en deuda con esta rubia belleza que acaba de dejarnos, silenciosamente, a los 62 años. Es por ello que quiero, a través de este post, rendir tributo a la que fue el icono absoluto de la televisión de los años setenta para toda una generación, una muñeca rubia que copó las portadas de las principales revistas del mundo entero y cuyo famoso póster publicado por la revista Life en 1976 (junto a estas líneas) -el más vendido de la historia de las pin-up- decoró las habitaciones de millones de adolescentes que suspiraban por sus doradas guedejas despuntadas que desafiaban la Ley de la Gravedad y que emmarcaban una contundente mandíbula trufada de brillantes perlas blanqueadas con Ultra Brite. Sí, yo fui también uno de aquellos niños fascinados por esa belleza que respondía, por aquella época, al nombre de Farrah Fawcett-Majors y que, según narraban las revistas, estaba casada con un muy atractivo ejemplar masculino llamado Lee Majors que se había hecho universalmente popular gracias a una serie de televisión, "Six Million Dollar Man". La famosa fotografía, publicada por la prensa española, colgó asimismo de las paredes de mi cuarto, convirtiendo a la explosiva actriz en la primera expresión de mi proverbial mitomanía, pocos años antes de que el huracán Gardner lo arrasara todo para siempre.
 Pese a que no soy muy aficionado a los obituarios, hoy me siento en deuda con esta rubia belleza que acaba de dejarnos, silenciosamente, a los 62 años. Es por ello que quiero, a través de este post, rendir tributo a la que fue el icono absoluto de la televisión de los años setenta para toda una generación, una muñeca rubia que copó las portadas de las principales revistas del mundo entero y cuyo famoso póster publicado por la revista Life en 1976 (junto a estas líneas) -el más vendido de la historia de las pin-up- decoró las habitaciones de millones de adolescentes que suspiraban por sus doradas guedejas despuntadas que desafiaban la Ley de la Gravedad y que emmarcaban una contundente mandíbula trufada de brillantes perlas blanqueadas con Ultra Brite. Sí, yo fui también uno de aquellos niños fascinados por esa belleza que respondía, por aquella época, al nombre de Farrah Fawcett-Majors y que, según narraban las revistas, estaba casada con un muy atractivo ejemplar masculino llamado Lee Majors que se había hecho universalmente popular gracias a una serie de televisión, "Six Million Dollar Man". La famosa fotografía, publicada por la prensa española, colgó asimismo de las paredes de mi cuarto, convirtiendo a la explosiva actriz en la primera expresión de mi proverbial mitomanía, pocos años antes de que el huracán Gardner lo arrasara todo para siempre. La carrera de la tejana Ferrah Leni Fawcett, nacida en Corpus Christi en 1947, arrancó cuando, en 1969, un publicista de Hollywood vio su foto impresa en el anuario de la University of Texas at Austin, donde la futura estrella cursaba sus estudios. La joven Ferrah vio su nombre cambiado en "Farrah" por imperativos del marketing publicitario, y comenzó en Los Angeles una exitosa carrera como modelo, que la llevó a protagonizar spots para famosísimas marcas como Noxzema, Mercury Cougar o Wella Balsam. Pronto fue uno de los rostros más populares de la televisión, lo que le valió recibir ofertas para actuar en series para la pequeña pantalla. Su primera aparición como actriz tuvo lugar en "Mi Bella Genio", en 1969, continuando con pequeños papeles en otros programas como "Harry O" o "Owen Marshall: Counselor at Law". En 1974 conoció al que pronto sería su marido, el actor Lee Majors, con el que trabajó en un episodio de "Six Million Dollar Man". Farrah adoptó el apellido de su esposo y, poco después, recibió la oferta para ser el poster central de Life. La propia actriz seleccionó la archifamosa fotografía de Bruce McBroom que la mostraba luciendo un provocativo bañador rojo ante una colorista manta india en una evocativa imagen californiana de la que llegaron a venderse 12 millones de ejemplares impresos.
La carrera de la tejana Ferrah Leni Fawcett, nacida en Corpus Christi en 1947, arrancó cuando, en 1969, un publicista de Hollywood vio su foto impresa en el anuario de la University of Texas at Austin, donde la futura estrella cursaba sus estudios. La joven Ferrah vio su nombre cambiado en "Farrah" por imperativos del marketing publicitario, y comenzó en Los Angeles una exitosa carrera como modelo, que la llevó a protagonizar spots para famosísimas marcas como Noxzema, Mercury Cougar o Wella Balsam. Pronto fue uno de los rostros más populares de la televisión, lo que le valió recibir ofertas para actuar en series para la pequeña pantalla. Su primera aparición como actriz tuvo lugar en "Mi Bella Genio", en 1969, continuando con pequeños papeles en otros programas como "Harry O" o "Owen Marshall: Counselor at Law". En 1974 conoció al que pronto sería su marido, el actor Lee Majors, con el que trabajó en un episodio de "Six Million Dollar Man". Farrah adoptó el apellido de su esposo y, poco después, recibió la oferta para ser el poster central de Life. La propia actriz seleccionó la archifamosa fotografía de Bruce McBroom que la mostraba luciendo un provocativo bañador rojo ante una colorista manta india en una evocativa imagen californiana de la que llegaron a venderse 12 millones de ejemplares impresos. Tras aparecer en un papel episódico -aunque ya dueña de su inconfundible estilo- en la película de ciencia ficción "La Fuga de Logan", llegó el triunfo definitivo y su consagración como gran estrella del medio televisivo de la mano de los productores Aaron Spelling y Leonard Goldberg, quienes se encontraban a la caza y captura de las tres actrices que debían dar vida a las protagonistas de su nueva serie, "Los Angeles de Charlie". Farrah fue immediatamente contratada para el papel de Jill Munroe, completándose la terna con Kate Jackson (Sabrina Duncan) y Jaclyn Smith (Kelly Garrett). "Charlie's Angels" fue un éxito fulgurante que ascendió con absoluta facilidad a lo más alto del ranking televisivo, manteniéndose como líder de audiencia durante las cinco temporadas de las que se compuso la serie con un total de 110 episodios, de los cuales Fawcett-Majors tomó parte en los correspondientes a la temporada inicial de 1976-1977. Cuando abandonó la producción, fue sustituida por otra oxigenada belleza, Cheryl Ladd, quien a pesar de su excelente trabajo no logró conseguir que un público devoto olvidara a la genuina tejana. Jackson se mantuvo en la serie desde 1976 hasta 1979, Smith desde 1976 hasta 1981, Ladd apareció entre 1977 y 1981, y aún se contabilizaron dos "ángeles" más, Shelley Hack (1979-1980) y Tanya Roberts -más tarde, chica Bond junto a Roger Moore en "A View to a Kill"- que formó parte del elenco durante la última temporada 1980-1981.
Tras aparecer en un papel episódico -aunque ya dueña de su inconfundible estilo- en la película de ciencia ficción "La Fuga de Logan", llegó el triunfo definitivo y su consagración como gran estrella del medio televisivo de la mano de los productores Aaron Spelling y Leonard Goldberg, quienes se encontraban a la caza y captura de las tres actrices que debían dar vida a las protagonistas de su nueva serie, "Los Angeles de Charlie". Farrah fue immediatamente contratada para el papel de Jill Munroe, completándose la terna con Kate Jackson (Sabrina Duncan) y Jaclyn Smith (Kelly Garrett). "Charlie's Angels" fue un éxito fulgurante que ascendió con absoluta facilidad a lo más alto del ranking televisivo, manteniéndose como líder de audiencia durante las cinco temporadas de las que se compuso la serie con un total de 110 episodios, de los cuales Fawcett-Majors tomó parte en los correspondientes a la temporada inicial de 1976-1977. Cuando abandonó la producción, fue sustituida por otra oxigenada belleza, Cheryl Ladd, quien a pesar de su excelente trabajo no logró conseguir que un público devoto olvidara a la genuina tejana. Jackson se mantuvo en la serie desde 1976 hasta 1979, Smith desde 1976 hasta 1981, Ladd apareció entre 1977 y 1981, y aún se contabilizaron dos "ángeles" más, Shelley Hack (1979-1980) y Tanya Roberts -más tarde, chica Bond junto a Roger Moore en "A View to a Kill"- que formó parte del elenco durante la última temporada 1980-1981. Las aventuras de las tres detectives a sueldo de la agencia de investigación del misterioso Charles Townsend (cuya voz, en la versión original, correspondía al actor John Forsythe) dieron lugar a un éxito sin precedentes, generando un enorme y lucrativo negocio basado en la imagen de sus tres protagonistas y del que surgieron, salvo honrosas excepciones, inenarrables objetos que forman parte de la iconografía kitsch de los setenta. No hace falta decir cual de las tres se convirtió en la muñeca más vendida en las Navidades de 1976, juguete lanzado al mercado por Mego junto a una espléndida colección de vestidos y complementos en la línia de la inefable Barbie de Mattel. En el mismo sentido, su immensa popularidad motivó que la casa de cosméticos Fabergé creara un champú, Farrah, que hacía de la actriz su fetiche presidencial exprimiendo al máximo el tirón que el increíble look de su cabello tenía para las mujeres de medio mundo.
Las aventuras de las tres detectives a sueldo de la agencia de investigación del misterioso Charles Townsend (cuya voz, en la versión original, correspondía al actor John Forsythe) dieron lugar a un éxito sin precedentes, generando un enorme y lucrativo negocio basado en la imagen de sus tres protagonistas y del que surgieron, salvo honrosas excepciones, inenarrables objetos que forman parte de la iconografía kitsch de los setenta. No hace falta decir cual de las tres se convirtió en la muñeca más vendida en las Navidades de 1976, juguete lanzado al mercado por Mego junto a una espléndida colección de vestidos y complementos en la línia de la inefable Barbie de Mattel. En el mismo sentido, su immensa popularidad motivó que la casa de cosméticos Fabergé creara un champú, Farrah, que hacía de la actriz su fetiche presidencial exprimiendo al máximo el tirón que el increíble look de su cabello tenía para las mujeres de medio mundo. La carrera de la actriz -ya divorciada de Majors y habiéndose desprendido definitivamente del apellido de su ex-marido- pareció augurar las mejores perspectivas tras su actuación en "Extremities" (1986), durísimo personaje en un film de largometraje por el que recibió un Golden Globe Award y el aplauso unánime de la crítica estadounidense, y al que ya había encarnado, tres años antes, en la producción teatral del off-Broadway neoyorquino sustituyendo a la actriz Susan Sarandon. Anteriormente, una zambullida más en el cine de ciencia ficción junto a Kirk Douglas en "Saturno 3" (1980) no resultó todo lo satisfactoria que un elevado presupuesto y la dirección de Stanley Donen -en un registro en las antípodas de lo que había sido lo habitual en su carrera-  podían dar a esperar. La película, sin llegar a poder ser considerada un fracaso absoluto, no supuso el éxito de taquilla que se preveía, tal vez por considerar, atrevidamente, que la simple presencia de la cotizada estrella rubia arrastraría al público en masa a las salas de exhibición.
La carrera de la actriz -ya divorciada de Majors y habiéndose desprendido definitivamente del apellido de su ex-marido- pareció augurar las mejores perspectivas tras su actuación en "Extremities" (1986), durísimo personaje en un film de largometraje por el que recibió un Golden Globe Award y el aplauso unánime de la crítica estadounidense, y al que ya había encarnado, tres años antes, en la producción teatral del off-Broadway neoyorquino sustituyendo a la actriz Susan Sarandon. Anteriormente, una zambullida más en el cine de ciencia ficción junto a Kirk Douglas en "Saturno 3" (1980) no resultó todo lo satisfactoria que un elevado presupuesto y la dirección de Stanley Donen -en un registro en las antípodas de lo que había sido lo habitual en su carrera-  podían dar a esperar. La película, sin llegar a poder ser considerada un fracaso absoluto, no supuso el éxito de taquilla que se preveía, tal vez por considerar, atrevidamente, que la simple presencia de la cotizada estrella rubia arrastraría al público en masa a las salas de exhibición. Entrada ya la década de los noventa, Farrah Fawcett alternó con desigual fortuna sus apariciones en el cine y la televisión, convirtiéndose para el gran público poco menos que en el recuerdo constante de su personaje en "Los Angeles de Charlie". Su relación, llena de intermitencias, con el actor Ryan O'Neal, que había dado inicio en 1982, la hacía todavía ser blanco de los paparazzi de Hollywood, que se hacían eco de sus constantes desavenencias presididas por rompimientos seguidos de estruendosas reconciliaciones, situación que el nacimiento de su hijo Redmond en 1985 no solamente no solucionó, sino que complicó cuando el muchacho dio, en plena adolescencia, muestras de su afición a los narcóticos. Las dificultades en su vida personal tocaron techo cuando Fawcett fue diagnosticada de cáncer anal en 2006, empezando una dura lucha contra la enfermedad que pareció marcar un período de acercamiento con O'Neal que les llevó a anunciar su imminente matrimonio a principios de este año. La feliz ocasión no llegó a celebrarse, ya que su muerte el pasado 25 de Junio acalló las campanas de boda.
Entrada ya la década de los noventa, Farrah Fawcett alternó con desigual fortuna sus apariciones en el cine y la televisión, convirtiéndose para el gran público poco menos que en el recuerdo constante de su personaje en "Los Angeles de Charlie". Su relación, llena de intermitencias, con el actor Ryan O'Neal, que había dado inicio en 1982, la hacía todavía ser blanco de los paparazzi de Hollywood, que se hacían eco de sus constantes desavenencias presididas por rompimientos seguidos de estruendosas reconciliaciones, situación que el nacimiento de su hijo Redmond en 1985 no solamente no solucionó, sino que complicó cuando el muchacho dio, en plena adolescencia, muestras de su afición a los narcóticos. Las dificultades en su vida personal tocaron techo cuando Fawcett fue diagnosticada de cáncer anal en 2006, empezando una dura lucha contra la enfermedad que pareció marcar un período de acercamiento con O'Neal que les llevó a anunciar su imminente matrimonio a principios de este año. La feliz ocasión no llegó a celebrarse, ya que su muerte el pasado 25 de Junio acalló las campanas de boda.Adiós, pues, a esta cara perpetuamente sonriente que hizo de su cabello -aclamado por la prensa americana como most famous hair in the world- y de su perfecta dentadura sus caballos de batalla en una época en que la televisión, desgraciadamente a diferencia de hoy en día, todavía sabía fabricar grandes estrellas.
 
 
 

 "London is the only place to live", dijo muy a menudo la actriz americana cuando se le preguntaba su opinión acerca de la capital británica: "En Inglaterra -decía- te toman unas cuantas fotos cuando llegas y luego te dejan en paz". No fue muy difícil, pues, para ella decidir cual sería el lugar en el que quería pasar el resto de su vida, una ciudad que siempre le había gustado desde la primera vez que la visitó para el rodaje de interiores de "Pandora y el Holandés Errante" en 1950. El carácter de los ingleses, radicalmente distinto al de los españoles, parecía hallarse más en sintonía con la actriz en esos momentos de su existencia, en los que parecía necesitar de un refugio pacífico e íntimo en el que poner en orden lo que habían sido sus anteriores veinte vertiginosos años como gran estrella de la pantalla. Así, mientras encontraba alojamiento a su conveniencia, se instaló en uno de los apartamentos que su ex-marido Frank Sinatra tenía en Londres, una cómoda garçonnière en Grosvenor Square. La actriz tendría aún dos domicilios más en la capital británica -uno en Alexander Square y otro en el exclusivo barrio de Belgravia- antes de encontrar el que se convertiría en su hogar durante más de veinte años en la elegante plaza arbolada de Ennismore Gardens, en Knightsbridge y muy cerca de Kensington (fotografía superior, los seis balcones del primer piso del edificio que aparecen en la imagen).
"London is the only place to live", dijo muy a menudo la actriz americana cuando se le preguntaba su opinión acerca de la capital británica: "En Inglaterra -decía- te toman unas cuantas fotos cuando llegas y luego te dejan en paz". No fue muy difícil, pues, para ella decidir cual sería el lugar en el que quería pasar el resto de su vida, una ciudad que siempre le había gustado desde la primera vez que la visitó para el rodaje de interiores de "Pandora y el Holandés Errante" en 1950. El carácter de los ingleses, radicalmente distinto al de los españoles, parecía hallarse más en sintonía con la actriz en esos momentos de su existencia, en los que parecía necesitar de un refugio pacífico e íntimo en el que poner en orden lo que habían sido sus anteriores veinte vertiginosos años como gran estrella de la pantalla. Así, mientras encontraba alojamiento a su conveniencia, se instaló en uno de los apartamentos que su ex-marido Frank Sinatra tenía en Londres, una cómoda garçonnière en Grosvenor Square. La actriz tendría aún dos domicilios más en la capital británica -uno en Alexander Square y otro en el exclusivo barrio de Belgravia- antes de encontrar el que se convertiría en su hogar durante más de veinte años en la elegante plaza arbolada de Ennismore Gardens, en Knightsbridge y muy cerca de Kensington (fotografía superior, los seis balcones del primer piso del edificio que aparecen en la imagen).
 El apartamento de Ava en Ennismore Gardens ocupaba toda la primera planta de un edificio de estilo Georgian de primeros de siglo que había sido reconvertido en lujosos flats residenciales. Su pasión por las antigüedades, que había cultivado durante sus años en España, era evidente en la decoración de las estancias, vestidas con valiosísimos muebles y objetos, muchos de ellos adquiridos en Madrid. Su conocimiento del negocio de las antigüedades era tal, que incluso comerciaba con ellas de manera profesional cuando se le presentaba la oportunidad, obteniendo buenos beneficios que la ayudaban a mantener su alto nivel de vida en los períodos en que no surgían ofertas para trabajar en el cine. Pese a no ser muy aficionada a los recuerdos, tenía fotografías de sus seres queridos por toda la casa, entre ellas una dedicada por su admirada Barbra Streisand y otra por Adlai Stevenson, candidato demócrata a la presidencia de los EUA al que ella y Sinatra apoyaron entregadamente durante la campaña electoral de 1952. Eso sí, de ella misma, solamente una imagen, la que le tomó el mítico Man Ray en 1950 y que la representaba como Pandora, fotografía que la actriz adoraba y que exhibió en todas las casas que tuvo desde entonces. En la bodega nunca faltaban los vinos españoles -Marqués de Riscal y Murrieta- y al lado del tocadiscos, las grabaciones de Frank Sinatra, algunas de ellas incluso repetidas. Le gustaba escucharle antes de acostarse, mientras se tomaba una copa.
El apartamento de Ava en Ennismore Gardens ocupaba toda la primera planta de un edificio de estilo Georgian de primeros de siglo que había sido reconvertido en lujosos flats residenciales. Su pasión por las antigüedades, que había cultivado durante sus años en España, era evidente en la decoración de las estancias, vestidas con valiosísimos muebles y objetos, muchos de ellos adquiridos en Madrid. Su conocimiento del negocio de las antigüedades era tal, que incluso comerciaba con ellas de manera profesional cuando se le presentaba la oportunidad, obteniendo buenos beneficios que la ayudaban a mantener su alto nivel de vida en los períodos en que no surgían ofertas para trabajar en el cine. Pese a no ser muy aficionada a los recuerdos, tenía fotografías de sus seres queridos por toda la casa, entre ellas una dedicada por su admirada Barbra Streisand y otra por Adlai Stevenson, candidato demócrata a la presidencia de los EUA al que ella y Sinatra apoyaron entregadamente durante la campaña electoral de 1952. Eso sí, de ella misma, solamente una imagen, la que le tomó el mítico Man Ray en 1950 y que la representaba como Pandora, fotografía que la actriz adoraba y que exhibió en todas las casas que tuvo desde entonces. En la bodega nunca faltaban los vinos españoles -Marqués de Riscal y Murrieta- y al lado del tocadiscos, las grabaciones de Frank Sinatra, algunas de ellas incluso repetidas. Le gustaba escucharle antes de acostarse, mientras se tomaba una copa.
 Las dos fotografías superiores muestran el elegante interiorismo del living room, con paredes cubiertas por paneles chinos de seda pintada a mano. Las puertas de los balcones que dan a la plaza son de estilo francés. A ambos lados de la chimenea, dos butacones-fauteil Louis XV y, sobre la misma, un espejo estilo George I.
Las dos fotografías superiores muestran el elegante interiorismo del living room, con paredes cubiertas por paneles chinos de seda pintada a mano. Las puertas de los balcones que dan a la plaza son de estilo francés. A ambos lados de la chimenea, dos butacones-fauteil Louis XV y, sobre la misma, un espejo estilo George I. Sobre estas líneas, el comedor, también lleno de antiques. Ava, mujer de largas sobremesas, disfrutaba mucho en este espacio durante las visitas de sus amigos, a los que incitaba, con su proverbial falta de protocolo, a mover a un lado la mesa y las sillas para bailar. Abajo, la habitación de invitados, donde la actriz dispuso algunos de los objectos más interesantes de su colección, como una lampara colgante de cerámica china, un barómetro francés del siglo XIX o un candelabro-girandola italiano.
 Sobre estas líneas, el comedor, también lleno de antiques. Ava, mujer de largas sobremesas, disfrutaba mucho en este espacio durante las visitas de sus amigos, a los que incitaba, con su proverbial falta de protocolo, a mover a un lado la mesa y las sillas para bailar. Abajo, la habitación de invitados, donde la actriz dispuso algunos de los objectos más interesantes de su colección, como una lampara colgante de cerámica china, un barómetro francés del siglo XIX o un candelabro-girandola italiano. Ava Gardner murió en su amado hogar en el 34 de Ennismore Gardens el 25 de Enero de 1990, dulcemente, mientras dormía, víctima de una neumonía. Sus restos fueron trasladados a su localidad natal de Smithfield, Carolina del Norte, donde fueron enterrados en el Sunset Memorial Park junto a sus padres y hermanos fallecidos. Meses más tarde, el 21 de Noviembre, la prestigiosa Sotheby's organizó en su sede central en Londres una subasta -"The Ava Gardner Collection"- en la que se ofrecieron 324 lotes consistentes en objectos de decoración, mobiliario, obras de arte, joyas y vestuario pertenecientes al legado que la actriz dejó a su familia en los Estados Unidos.
Ava Gardner murió en su amado hogar en el 34 de Ennismore Gardens el 25 de Enero de 1990, dulcemente, mientras dormía, víctima de una neumonía. Sus restos fueron trasladados a su localidad natal de Smithfield, Carolina del Norte, donde fueron enterrados en el Sunset Memorial Park junto a sus padres y hermanos fallecidos. Meses más tarde, el 21 de Noviembre, la prestigiosa Sotheby's organizó en su sede central en Londres una subasta -"The Ava Gardner Collection"- en la que se ofrecieron 324 lotes consistentes en objectos de decoración, mobiliario, obras de arte, joyas y vestuario pertenecientes al legado que la actriz dejó a su familia en los Estados Unidos.

 Nacida en Inglaterra en 1912, Hiller comenzó su andadura escénica a principios de los años treinta, saboreando su primer éxito en 1934 con una gira por el país con la obra "Love in the dole" que la llevó al West End londinense donde, en 1937, se casó con el autor, el dramaturgo Ronald Gow -quince años mayor que ella -con el que se mantendría unida hasta la muerte de este en 1993 y con el que tendría a sus dos hijos. Wendy Hiller, a diferencia de la mayoría de las figuras de la escena de su generación, representó pocos personajes shakespearianos, mostrándose más cercana a las obras de autores modernos como Thomas Hardy, Henry James o George Bernard Shaw.
Nacida en Inglaterra en 1912, Hiller comenzó su andadura escénica a principios de los años treinta, saboreando su primer éxito en 1934 con una gira por el país con la obra "Love in the dole" que la llevó al West End londinense donde, en 1937, se casó con el autor, el dramaturgo Ronald Gow -quince años mayor que ella -con el que se mantendría unida hasta la muerte de este en 1993 y con el que tendría a sus dos hijos. Wendy Hiller, a diferencia de la mayoría de las figuras de la escena de su generación, representó pocos personajes shakespearianos, mostrándose más cercana a las obras de autores modernos como Thomas Hardy, Henry James o George Bernard Shaw. 

 Su personaje, la gerente de un apartado hotel en una ciudad costera al sur de Inglaterra que ve como el amor se escapa de su vida al mismo tiempo que su juventud y sus ilusiones, fue interpretado por Wendy Hiller con estremecedora contención en un papel en el que hubiera sido fácil dejarse llevar por el más recurrente patetismo, convirtiéndose así en una más de las tristes figuras que pasan, aisladas y solitarias, una existencia casi póstuma aferradas a sus miedos y a sus más ocultos secretos en el melancólico Hotel Beauregard. Hiller, altiva y, al mismo tiempo, tremendamente humana, se muestra en su papel de Pat Cooper como el firme puntal que sostiene al inestable personaje de su amante, interpretado por un espléndido Burt Lancaster, ya muy lejos del que había sido su registro habitual.
Su personaje, la gerente de un apartado hotel en una ciudad costera al sur de Inglaterra que ve como el amor se escapa de su vida al mismo tiempo que su juventud y sus ilusiones, fue interpretado por Wendy Hiller con estremecedora contención en un papel en el que hubiera sido fácil dejarse llevar por el más recurrente patetismo, convirtiéndose así en una más de las tristes figuras que pasan, aisladas y solitarias, una existencia casi póstuma aferradas a sus miedos y a sus más ocultos secretos en el melancólico Hotel Beauregard. Hiller, altiva y, al mismo tiempo, tremendamente humana, se muestra en su papel de Pat Cooper como el firme puntal que sostiene al inestable personaje de su amante, interpretado por un espléndido Burt Lancaster, ya muy lejos del que había sido su registro habitual. En 1966 una nueva nominación al Oscar llegaría por su particpación en "Un hombre para la eternidad", la biografía de Thomas Moore que Fred Zinnemann dirigió con Paul Scofield en el personaje principal. En la década de los sesenta, Hiller acumularía nominaciones a algunos de los més prestigiosos premios cinematográficos internacionales, como la del BAFTA de 1960 por "Sons and Lovers" o la del Golden Globe Award de 1963 por "Toys in the Attic". A pesar de todo ello, Wendy Hiller seguía dedicando sus esfuerzos a su carrera teatral en un período -ya de absoluta madurez- que la hizo interesarse especialmente por la obra del dramaturgo Henryk Ibsen, poniendo en escena piezas clave del autor noruego como "Al despertar de nuestra muerte", "Peer Gynt" o "Espectros".
En 1966 una nueva nominación al Oscar llegaría por su particpación en "Un hombre para la eternidad", la biografía de Thomas Moore que Fred Zinnemann dirigió con Paul Scofield en el personaje principal. En la década de los sesenta, Hiller acumularía nominaciones a algunos de los més prestigiosos premios cinematográficos internacionales, como la del BAFTA de 1960 por "Sons and Lovers" o la del Golden Globe Award de 1963 por "Toys in the Attic". A pesar de todo ello, Wendy Hiller seguía dedicando sus esfuerzos a su carrera teatral en un período -ya de absoluta madurez- que la hizo interesarse especialmente por la obra del dramaturgo Henryk Ibsen, poniendo en escena piezas clave del autor noruego como "Al despertar de nuestra muerte", "Peer Gynt" o "Espectros".




 El rodaje de la serie de televisión "Planet of the Apes" comenzó en 1974 en las mismas localizaciones donde se rodaron las películas originales para la pantalla grande, una zona actualmente conocida como Malibu Creek State Park que, antiguamente, formaba parte de los terrenos propiedad de la 20th Century-Fox. Se utilizaron los mismos decorados de la ciudad de los simios que fueron construidos en 1968, y también los moldes originales para volver a crear las máscaras que permitían convertir a los actores en chimpancés, gorilas y orangutanes diseñadas por el maestro protésico John Chambers. El guión reseguía la línea argumental de la primera película con Charlton Heston, mostrando a dos astronautas, Naughton-Burke y Harper-Virdon, intentando sobrevivir a la nueva situación de la Tierra en el año 3085 con la ayuda del renegado chimpancé Galen y en constante peligro ante la hostilidad demostrada hacia ellos por el jefe militar gorila, el general Urko (Mark Lenard), azuzado por el orangután Zaius (Booth Colman), cabeza visible del sistema político-social de los simios y que desea la destrucción de toda evidencia de superioridad humana.
El rodaje de la serie de televisión "Planet of the Apes" comenzó en 1974 en las mismas localizaciones donde se rodaron las películas originales para la pantalla grande, una zona actualmente conocida como Malibu Creek State Park que, antiguamente, formaba parte de los terrenos propiedad de la 20th Century-Fox. Se utilizaron los mismos decorados de la ciudad de los simios que fueron construidos en 1968, y también los moldes originales para volver a crear las máscaras que permitían convertir a los actores en chimpancés, gorilas y orangutanes diseñadas por el maestro protésico John Chambers. El guión reseguía la línea argumental de la primera película con Charlton Heston, mostrando a dos astronautas, Naughton-Burke y Harper-Virdon, intentando sobrevivir a la nueva situación de la Tierra en el año 3085 con la ayuda del renegado chimpancé Galen y en constante peligro ante la hostilidad demostrada hacia ellos por el jefe militar gorila, el general Urko (Mark Lenard), azuzado por el orangután Zaius (Booth Colman), cabeza visible del sistema político-social de los simios y que desea la destrucción de toda evidencia de superioridad humana.