martes, 19 de agosto de 2008

Judith Anderson, el alter ego de Mrs. Danvers

Un papel, solo uno, le hubiera bastado a Dame Judith Anderson para entrar en la historia del cine como una de las grandes intérpretes del siglo XX: la enigmática Mrs. Danvers del primer film americano de Alfred Hitchcock, un personaje oscuro y frío como un témpano de hielo y de quien se podía suponer que había naufragado en un profundo mar de odio y resentimiento, igual que ese mismo mar se había tragado a su adorada Rebecca, la primera señora De Winter. Pero en la carrera de Anderson son muchos más los hitos a tener en cuenta, desarrollados durante más de cincuenta años en la gran pantalla sin contar su importantísima trayectoria teatral, que comenzó en 1915 y en la que siempre buscó refugio entre película y película. Sus personajes cinematográficos respiran grandeza por todos sus poros, por muy extensas o reducidas que fueran sus líneas de diálogo: Judith Anderson tuvo, como tantos otros insignes actores y actrices, que luchar contra un star-system implacable que relegaba al rol de "intérpretes de reparto" a todos aquellos enormes talentos que no se ajustaban al ideal impuesto por los grandes estudios de glamour y belleza a partes iguales. Sin embargo, las importantes películas en las que intervino nos resultarían inimaginables sin su imponente presencia, desde épicos dramas bíblicos como "Los Diez Mandamientos" o "Salomé", hasta los retorcidos análisis psicológicos que resultaron ser "La Gata sobre el tejado de zinc" o "Laura", en los que Anderson brilló con luz propia.
Frances Margaret Anderson-Anderson nació en 1897 en Adelaida, Australia. Antes de emigrar a los Estados Unidos en 1918, ya había hecho su debut profesional en el teatro -con el nombre de Francee Anderson- en Sidney a la edad de diecisiete años. Sus primeros tiempos en el teatro americano no resultaron muy afortunados, saltando de California a Nueva York y trabajando en stock companies por todo el país hasta que, a comienzos de los años treinta, su suerte cambió y comenzó a ser uno de los más populares nombres en los escenarios del Broadway neoyorquino, actuando con gran éxito en obras de autores como Luigi Pirandello o Eugene O'Neill. Durante las siguientes décadas sería una de las grandes intérpretes dramáticas en la escena mundial, trabajando junto a Laurence Olivier, Maurice Evans o John Gielgud en obras tales como "Macbeth", "La Gaviota" o "Hamlet" en prestigiosas compañías como la del Old Vic Company londinense.
Anderson llamó, por supuesto, la atención de Hollywood y del recién llegado a los Estados Unidos Alfred Hitchcock, quien le ofreció el jugoso papel del ama de llaves que aterroriza y casi aniquila la voluntad de una pobre e ingenua Joan Fontaine y que vive para martirizar el alma de un desgraciado Laurence Olivier en "Rebecca". El éxito de la película fue arrollador en todo el mundo y la excepcional interpretación de Anderson de la sexualmente ambigua Mrs. Danvers la llevó a las puertas del Oscar a la Mejor Actriz de Reparto de 1939, trofeo que finalmente fue a parar a manos de otra ilustre secundaria, Jane Darwell, por su memorable interpretación en "Las Uvas de la Ira".
La década de los cuarenta vio a Judith Anderson en multitud de personajes que se nutrían de su capacidad para ponerlos a la altura de las expectativas que el público tenía hacia ella después del clamoroso triunfo obtenido en la cinta de Hitchcock. Así, directores como Otto Preminger, Jean Renoir, Ben Hecht o Lewis Milestone confiaron en ella a la hora de repartir papeles en películas como "Laura", "The Diary of a Chambermaid", "Specter of the Rose" o "The Strange Love of Martha Ivers". Mientras, la actriz seguía acumulando éxitos en su carrera sobre los escenarios, como el Tony que consiguió en 1947 por su creación en la tragedia clásica "Medea" de Eurípides.
1950 comenzó para Judith Anderson con ofertas de la televisión, como no podía ser de otra manera. Trabajó incansable en tres medios distintos durante toda la década, alternando grandes producciones de renombre con intrascendentes melodramas en la pequeña pantalla. Dos películas merecen ser mencionadas en este período: "Los Diez Mandamientos" (1956) y "La Gata sobre el tejado de zinc" (1958). En la primera, fue Memnet, la esclava que esconde el orígen hebreo de Moisés-Charlton Heston a una despiadada Nefertari-Anne Baxter y por lo que morirá a manos de esta en la mastodóntica producción de Cecil B. de Mille. La tragedia de su personaje destacará especialmente entre el oropel bíblico de la particular versión del Viejo Testamento del desmesurado realizador, que dirigió con aliento lírico a sus actores sobre un background de miles y miles de extras. En la segunda, será uno más de los torturados personajes sureños que Richard Brooks adaptó para el cine de la célebre obra teatral de Tennessee Williams. Como esposa de un agonizante y espléndido Burl Ives, Anderson pasará de la risa histérica al llanto incontrolado en un difícil y delicado personaje que podría haber resultado no solamente patético, sino incluso ridículo, en manos de una actriz menos experimentada.Los sesenta y los setenta apenas verán a la intérprete en el cine o la televisión, reservando sus energías para los escenarios. Sí alcanzó, sin embargo, una de las más altas distinciones reservadas a los nacidos en el ámbito de la Commonwealth cuando la reina Elizabeth II de Inglaterra la nombró Dame Commander of the British Empire, pasando desde ese momento a ser habitualmente nombrada como Dame Judith Anderson, incluso en los créditos fílmicos y en las marquesinas de los teatros. En cualquier caso, y a pesar de su escasa presencia durante esos años en el negocio del cine, no se puede pasar por alto su personaje de Buffalo Cow Head, la madre adoptiva india de Richard Harris en la doliente "A man called Horse", uno de los grandes éxitos del formato Cinerama de 1970. Más tarde, en 1984, sorprenderá a sus incondicionales como la Suma Sacerdotisa del planeta Vulcano en la tercera entrega de la serie de películas para la gran pantalla basadas en la popular saga televisiva "Star Trek", y apareciendo en cincuenta episodios de la serie "Santa Barbara" en el período 1984-1987.
Este último sería su postrer trabajo, retirándose, precisamente, a esta ciudad californiana hasta su muerte en 1992, a los 94 años de edad.

domingo, 17 de agosto de 2008

Weird Toons # 17: "The Three Bears"

Tan solo de la inabarcable imaginación de Charles M. Jones podía salir esta radiografía cruel, dolorosa y despiadada de la familia media americana a través de la observación casi voyeurista de la cotidianeidad de un trío de osos hillbillies formado por padre, madre e hijo residentes en una cabaña en lo más profundo de un frondoso bosque. El análisis de sus comportamientos individuales y de su interacción con los demás en clave de disección psicológica resulta de una exquisita perversidad, convirtiendo los cinco cartoons realizados de estos personajes en el precedente de las posteriores series de televisión que retratarían la vida diaria del agrupamiento familiar americano -aunque perfectamente extrapolable al resto del planeta- y su asfixiante realidad en un contexto de amor-odio, dos sentimientos separados por una línea tan fina que a veces resulta absolutamente terrorífica.Su primera aparición fue al lado de Bugs Bunny en "Bugs Bunny and The Three Bears" (A Warner Bros. Merrie Melodies, Chuck Jones, 1944). En este primer corto ya se perfilaban los carácteres de los personajes: Papá Oso es gruñón, prepotente y con un exacerbado componente histérico, además de resultar -aunque nunca nadie se atreve a decírselo- un fracasado y un inútil bueno-para-nada. Mamá Osa es todo lo contrario: silenciosa, trabajadora y competente, es el verdadero puntal de la familia, una caja de sorpresas que igual te hace un remiendo que te baila claqué sin abandonar nunca su sempiterna expresión facial de absoluto desencanto. Finalmente, Junior es un enorme bebé de dos metros de altura que usa pañales y del que podemos sospechar que padece algún tipo de retraso en su desarrollo mental. Es el saco de golpes de las frustraciones de Papá Oso y el ojito derecho de Mamá Osa, con quien tiene establecida una curiosa simbiosis para protegerse mutuamente de las apabullantes iras del cabeza de familia. En este corto, Bugs Bunny se convertirá en el objeto de deseo de Mamá Osa, de quien intentará escapar tanto como de Papá y de Junior, quienes pretenden convertirle en su almuerzo atrayéndole con una sopa de zanahorias. En su siguiente aparición, "What's Brewin', Bruin?" (A Warner Bros. Looney Tunes, Chuck Jones, 1948), los osos no necesitarán de la presencia de ninguna de las estrellas consagradas del estudio de animación de Jack Warner y sacarán adelante -brillantemente- un hilarante cartoon que muestra las desventuras de Papá Oso intentando preparar a la familia, sin éxito, para el largo sueño invernal que tiene que preceder a la llegada de la primavera. Los meses pasarán en el arduo intento y la nueva estación llegará sin que haya sido capaz de pegar un ojo. "The Bee-Deviled Bruin" (A Warner Bros. Merrie Melodies, Chuck Jones, 1949) mostraba a la familia de plantígrados intentando rellenar el tarro de miel de Mamá, el cual ha sido vaciado por Junior con su habitual glotonería. Más tarde, "Bear Feat" (A Warner Bros. Looney Tunes, Chuck Jones, 1949), narraba los intentos de Papá de convertir a la familia en un número circense para poder trabajar en el mundo del espectáculo. Sus titánicos esfuerzos chocarán frontalmente con la poca disposición del resto de los miembros del clan, que le sacarán de sus casillas al extremo de intentar suicidarse despeñándose por un precipicio para perderlos de vista, aunque tampoco lo conseguirá por la intervención de Junior, quien se llevará -como es costumbre- un buen tortazo propinado por su padre. El último corto de los tres osos fue "A Bear for Punishment" (A Warner Bros. Merrie Melodies, Chuck Jones, 1951), una jocosa glorificación del Father's Day que concluye con la espectacular imagen de la familia osuna convertidos en la Estatua de la Libertad, Abraham Lincoln y George Washington.
Chuck Jones aparcó definitivamente a estos geniales personajes después de este cartoon, probablemente influído por el auge de otras creaciones suyas como Pepe Le Pew o el Coyote y el Correcaminos, que se convertirían en las nuevas estrellas de la Warner en la década de los cincuenta. Otros populares personajes de Jones fueron también jubilados ese mismo año, como los ratones Hubie y Bertie y Charlie Dog.

martes, 12 de agosto de 2008

Weird Toons # 16: "Alvin Brickrock"

En 1960, Alfred Hitchcock ya era objeto de estudio y concienzudo análisis por parte de sesudos historiadores del Séptimo Arte -entre ellos, el director francés François Truffaut- quienes pusieron la primera piedra de la construcción del mito hitchcocktiano y de su ascensión a la cima más alta de la fama y la gloria fílmica, nunca antes disfrutada con semejante y absoluta universalidad por ningún otro realizador cinematográfico. No es, pues, de extrañar su inclusión en uno de los episodios de "The Flintstones", una de las más populares producciones televisivas de la época y la primera sitcom animada de la historia.
Camuflado bajo el nombre de Alvin Brickrock, el Maestro del Suspense apareció en el episodio número 40 de "Los Picapiedra", perteneciente a la segunda temporada y emitido el 6 de octubre de 1961. Este remedo animado se mueve y habla al familiar estilo del propio Hitchcock, incluyendo una evidente dificultad para pronunciar la frase good evening. El argumento, cortado con el mismo patrón de las obras maestras del cineasta británico, nos lo presenta como el nuevo vecino de los Picapiedra y los Mármol, quienes sospechan que Brickrock pueda haber asesinado a su esposa y depositado su cadáver en un misterioso baúl. Una noche, Pedro y Pablo se infiltran en la casa de al lado para descubrir, horrorizados, el esqueleto de un mastodonte y el sarcófago de una momia egipcia, aunque no encuentran el cuerpo de la Señora Brickcock quien, finalmente, ha tenido que marcharse precipitadamente para cuidar de su madre enferma. El episodio se cierra con un epílogo a cargo de Brickrock, un homenaje a su serie de televisión "Alfred Hitchcock Presents" y en el que se incluye un guiño a una de sus más famosas películas, "Los Pájaros".